Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Miles de feligreses de 14 decanatos de la Arquidiócesis de Yucatán se congregaron en la tradicional misa de la Peregrinación Diocesana hasta el santuario de la Inmaculada Concepción, en el ex convento de San Antonio de Padua, en Izamal, donde refrendaron su fe y devoción mariana.

Desde bebés hasta personas de la tercera edad participaron en el acto litúrgico y recibieron la indulgencia plenaria por el Arzobispo de Yucatán, Mons. Emilio Carlos Berlie Belaunzarán.

El camino hacia Emaús

“Hemos recorrido el camino hacia lo que puede ser un nuevo Emaús. Después de acompañar al Señor en su Pasión y Muerte, hemos empezado a celebrar su Resurrección en estos cincuenta días de fiesta y, en este tercer domingo, la comunidad católica de Yucatán se ha reunido para recorrer el camino hasta el Santuario de Izamal y renovar su consagración anual a la virgen, como patrona de nuestra Iglesia. Las palabras de Pedro, palabras de la Escritura, han hecho arder nuestro corazón y nos llevan a vivir la Cena del Señor, como los discípulos de Emaús”, expresó el prelado ante la multitud.

La eucaristía oficiada por Monseñor Berlié Belazarán estuvo concelebrada por algunos miembros del presbiterio, frailes franciscanos, encabezados por Fray Juan Jasso Coyote, párroco de Izamal; los vicarios episcopales para la Pastoral, Fernando Sacramento, y del clero Melchor Trejo Alvarado, así como el vicario general, Mons. Joaquín Vázquez Avila.

“En esta ocasión especial aumenta nuestra alegría el recordar a los santos Juan XXIII y San Juan Pablo II, testigos fieles de Jesucristo, que nos han animado a renovar nuestra vida de Iglesia en dos momentos diferentes de la historia reciente. A través de ellos, el Señor Jesús se ha hecho presente a su Iglesia y la ha acompañado en el camino, dándole un nuevo ardor a su tarea evangelizadora. ¡Hoy y aquí, nos llenamos de gozo y nos disponemos a retornar a nuestras comunidades con esta Buena Nueva”, abundó el Arzobispo Berlie Belaunzarán.

Bendicen estatua de Juan Pablo II en Izamal

Por otra parte, el Arzobispo de Yucatán bendijo la estatua conmemorativa de la visita de Juan Pablo II a Izamal, que tuvo lugar el 11 de  agosto de 1993, para convertirla en sitio de veneración pública, tras la canonización del Papa polaco presidida por el Papa Francisco el pasado 27 de abril en El Vaticano.

En el marco de la Peregrinación Diocesana Anual a Izamal se presentó un grupo folclórico para recordar la reunión de Juan Pablo II con las etnias de América. Además se exhibió una imagen de San Juan XXIII.

La bendición tuvo lugar a un costado de la estatua, donde se colocó un escenario desde el cual el Arzobispo de Yucatán expresó una oración en la cual señaló que la escultura, dejó de ser una pieza para convertirse en una imagen de culto público y respeto por la figura de San Juan Pablo II.