Reivindican el tiempo de los mayas y sus calendarios

Piezas del Palacio Cantón son las protagonistas de la más reciente exposición del Museo Nacional de Antropología.

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La exposición cuenta con fotografías de las principales ciudades mayas. (Reforma)
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Staff/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- Los mayas protagonizan la más reciente exposición del Museo Nacional de Antropología, que destaca los aportes de esta civilización en la astronomía y las matemáticas, además de presentar sus sistemas calendáricos.

La muestra detalla cómo medían el tiempo a partir del calendario sagrado, conocido como Tzolk'in, de 260 días, y cómo también recurrían al Haab' o calendario civil de 365 días, así como al de Cuenta Larga (Tziikhaab), que abarcaba 5 mil 125 años y marcaba el cambio de una era. Esta última comenzó el 11 de agosto del 3 mil 114 antes de Cristo y culminará el 21 de diciembre de 2012.

"Hoy se escuchan voces que malinterpretan el calendario maya y lo leen desde una perspectiva occidental: suponen que lo que ellos anunciaban como el fin de un ciclo es el fin de los tiempos, cuando eso es un contrasentido desde la perspectiva mesoamericana", explica Abraham Guerrero, director del Museo "Palacio Cantón", de donde proceden todas las piezas, y curador de la exposición.

Ningún códice, dice, hace referencia a diciembre de 2012 como fecha del fin del mundo, ni tampoco los contextos arqueológicos (inscripciones, grabados o pinturas encontrados en estelas, muros o cerámica), los cuales refieren, principalmente, asuntos políticos y sociales de las élites mayas, por ejemplo guerras, sucesiones al trono por herederos o sacrificios.

Exitosa gira

"La sociedad y el tiempo maya" llega al recinto tras recorrer Bogotá y Medellín, en Colombia, y  Seúl, en Corea del Sur, lugares donde la visitaron más de 200 mil personas.

Un centenar de piezas del año 300 al 1500, fabricadas en cerámica, metal, concha y piedra, integran la exhibición. Destacan la escultura de un Chaac Mool, un incensario antropomorfo con pectoral que representa al dios del sol, y una figura de tortuga con rostro humano emergiendo de sus mandíbulas.

Complementan la exposición fotografías de gran formato de las zonas arqueológicas donde se asentaron los mayas.

También se integraron dos maquetas de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá. En una de ellas se presenta la Pirámide de Kukulcán con una proyección de luz para simular los rayos del Sol. El recurso permite crear una sombra en forma de serpiente que desciende por dicha edificación, como ocurre durante el equinoccio de primavera.

Se trata de una exposición, resume Guerrero, que pretende explicar la manera en la que el tiempo estuvo ligado a la vida ritual y cotidiana de los antiguos pueblos mayas.

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