Localizó su futuro por satélite

Convicción y constancia cristalizaron el proyecto de servicio de rastreo de vehículos.

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"Los clientes están a gusto con nuestro desempeño y nos califican como excelencia pura, ahora ser joven es una ventaja porque lo relacionan con innovación y tecnología”. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/Milenio
MÉRIDA, Yucatán.- Reconoce que al principio fue difícil posicionarse, pero este proyecto ha tomado fuerza y abarcado mucho mercado nacional e internacional.

Experiencia laboral desde el primer semestre de la universidad y convicción por sus ideales fueron la base para que Russell González Morales, joven licenciado en Administración de Empresas egresado del Instituto Tecnológico de Mérida, iniciara un proyecto de servicio de rastreo satelital de vehículos logrando el respaldo de un prestigioso fabricante español. Actualmente, opera en todo México y atiende a empresas de diferentes partes del mundo.

Russel González Morales cambió el viaje deseado por años para iniciar el negocio de su vida. Prefirió invertir en el proyecto en el que hoy avanza al liderazgo, desde hace cinco años, cuando en Yucatán el servicio no era común y convencer a los clientes significaba una tarea titánica. 

Con tan sólo 23 años, arriesgó su capital y futuro en su empresa Rastreall, pero concentrado en el éxito que se avecinaba, ya que estaba seguro de que las nuevas tecnologías formarían parte importante en la seguridad de los corporativos. Hoy, con 29 años, compite sin miedo con grandes marcas, pero con la conciencia de todo lo que falta por aprender. 

¿Cómo fueron tus primeros para ser empresario y cabeza de tu negocio?

Cuando terminé la carrera trabajaba donde hacía mis prácticas profesionales, allí empecé a hacer un poco de escuela, pero desde siempre tenía la intención de tener algo propio, me imaginaba en una empresa, pero mía.  

Afortunadamente, desde que empecé a estudiar trabajé, primero en un despacho contable, después en una consultoría administrativa, luego en la banca de desarrollo Nacional Financiera y posteriormente en una empresa del ramo ambiental.

En todo ese tiempo ahorré y en un momento mi principal objetivo era hacer un viaje, pero se presentó la oportunidad de iniciar el negocio de rastreo satelital de vehículos para uso institucional, organizacional o personal, y elegí ese camino.

Esto fue resultado de una búsqueda que hice en internet sobre los productos y servicios que ese momento no eran tan comunes en Mérida. 

Mandé muchos correos electrónicos y la única empresa que me contestó y tomó en serio mi propuesta son quienes ahora son mis distribuidores, me dieron la concesión exclusiva de los equipos en sureste.

¿Qué consideraciones tomaste para seguir con el proyecto en un momento difícil para ese tipo de negocio?

La siguiente generación sabía que esto pronto se volvería importante para las empresas, por eso me enfoqué en la capacitación, ese proceso me llevó casi un año, para lograr que me dieran la concesión, ya que no tenía experiencia gerencial y comprobación de otros ingresos; sin embargo, a pesar de no cumplir con el perfil en ese momento, acudí a las compañías seguro del servicio que ofrecía.

Lo que convenció a los clientes fue que desde que pedí que me consideraran como una opción ya tenía un plan de negocios, con fechas, objetivos definidos, nombre, etc. Así fue que me dieron una especie de franquicia, pero autónoma en nombre, y le puse Rastreall, y ya tenemos cinco años operando activamente. Incluso les di la opción de que si no cumplía con lo que proponía estaba dispuesto a aceptar las consecuencias.

¿Hasta el momento, cuál ha sido el mayor reto que has enfrentado?

Más que la sociedad o el mercado fue la influenza en 2009 y la crisis económica mundial, porque cotizaba en dólares mis equipos. Esto no lo tenía contemplado en mi plan de negocios, fue una etapa muy difícil, no tuve contratos durante varios meses, porque por un lado la gente no tenía dinero y por otro muchos no sabían de qué se trataba nuestro servicio, era otra la mentalidad y la información sobre rastreo satelital de vehículos.

Por eso no pude colocarme en el mercado local hasta al año y medio, pero podía atender a empresas de otros estados, donde fue más fácil.

¿Cómo ha influido tu juventud influido en el trabajo?

Al principio me fue muy mal porque me veían chavo y además no podían creer que fuera el director de una empresa que maneja un equipo de una empresa española reconocida mundialmente; no les inspiraba confianza.

Entonces comencé a trabajar para modificar esa percepción, cambiando mi manera de presentarme para convencerlos de la confiabilidad y calidad de nuestro servicio, pero con fundamentos, eso me ayudó. Ahora los clientes están a gusto con nuestro desempeño y nos califican como excelencia pura, ahora ser joven es una ventaja porque lo relacionan con innovación y tecnología.

¿Cuál crees que sea la clave de tu éxito?

Que no me enfoqué en las grandes empresas, como pensaba al principio, sino que me dediqué a las micro, pequeña y mediana, además en ese momento no podía responder a la demanda de un gran corporativo. Actualmente, atiendo a organizaciones de Yucatán, de otros estados, países en Europa y Asia.

¿Este aprendizaje lo compartes con tus contemporáneos?

Sí, participo en la Comisión de Empresarios Jóvenes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), soy vicepresidente del Área de Medios y Relaciones Públicas. Como parte de esa labor organizamos la fase regional de Cleantech Challenge (Desafío de tecnología limpia).

También, este año fui invitado a la Cumbre del G20 YEAS (Young Entrepreneur Alliance Summit) en Moscú, Rusia, pero por compromisos no pude asistir; sin embargo, me siento honrado por esa distinción.

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