Las drogas, una forma de escape

El consumo de sustancias ilícitas crece entre los adolescentes mexicanos, sobre todo en las mujeres.

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El primer paso para los adictos es darse cuenta y aceptar que tienen un problema. (SIPSE)
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Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Las adicciones como problema de salud pública y la implicación de iniciativas como la legalización de la marihuana se abordaron durante la emisión del programa radiofónico Salvemos una Vida, que se transmite por el 100.1 de La Nueva Amor.

Bajo la conducción de Alis García y Esperanza Nieto, para hablar sobre este tema estuvieron como invitados de esta transmisión los especialistas en adicciones Víctor Manuel Guisa Cruz y José Manuel Castrejón Vacio.

El especialista de México ante el grupo de expertos gubernamentales para el mecanismo de evaluación multilateral de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad), Víctor Manuel Guisa Cruz, explicó que la farmacodependencia es un problema severo de salud pública que no sólo involucra a la marihuana, sino a todas las drogas  que tienen una capacidad adictiva y destrozan a la persona y todo su entorno.

De esta manera, agregó, el que tiene un problema adictivo empieza en la etapa de la adolescencia y algunos en la infancia. En esa etapa experimentan con alcohol o  tabaco, a veces ya con marihuana.

Curiosidad... de inicio

“Empiezan con la curiosidad innata que tienen todos los jóvenes para saber qué se siente experimentar con estas sustancias y empieza a ver una serie de condicionamientos sociales, de presiones del grupo para que puedan utilizarlas, se dice que no hace daño, que la marihuana no es tan dañina, que es un producto natural, inocua”, apuntó.

Asimismo, el psiquiatra y paidopsiquiatra señaló que hay factores individuales, problemas familiares severos, problemas  de integración dentro del grupo familiar, violencia dentro de la familia o de la escuela que llevan a la persona a tener una autoestima tan baja.

De manera que lo que hacen es imitar al grupo usando estas sustancias para pertenecer o huir de los problemas que tiene la familia, para tener por lo menos una sensación agradable para solventar estas carencias afectivas que tiene en casa.

Entonces la persona empieza a tener un problema adictivo en el sentido que hay cambios estructurales en el sistema nervioso que hacen que necesite más de esta sustancia para no sentirse mal.

Negación del problema

Luego hay una ceguera familiar en el sentido de no querer darse cuenta que el niño o la niña tiene este problema porque no están los padres. Se agrava la situación y el promedio que un joven llegue a un servicio de salud por problemas adictivos es de cinco a ocho años después de que comenzó a utilizar una sustancia, como puede ser marihuana, porque no se dan cuenta o no se quieren dar cuenta.

Lo detectan ya cuando el adolescente empieza a mentir, cuando empieza a robar para conseguir dinero para pagar la sustancia y es una de las primeras consecuencias de las adicciones.

Alis García preguntó al experto qué se debe hacer cuando un joven ya está inmiscuido en las adicciones.

El especialista refirió que el primer paso es darse cuenta y aceptar que existe un problema, el grado y nivel ya se verá después. Luego analizar por qué está pasando eso, se le abandonó, no se le puso el suficiente interés, y en tercera instancia ver a un profesional, porque el problema de las sustancias no se trata con buena voluntad, con un regaño y menos con una situación agresiva.

Violencia contraproducente

“Al golpear al muchacho, darle una reprimenda muy severa, lo único que hace es aumentar su enojo y vivir en contra de sus padres, es mejor acudir con un profesional, ver qué parte es la que se tiene que solucionar respecto a la relación de los padres con el afectado”, subrayó.

El especialista explicó que uno de los efectos que genera la adicción es el síndrome amotivacional. Los adictos dejan de ir a la escuela, no tienen interés en nada; además de otro tipo de problemas que pueden llegar hasta presentar cuadros psicóticos parecidos a la esquizofrenia,  y cuadros de depresión. 

“El efecto de esto lo va a poner en una situación de desventaja con los otros adolescentes de su misma edad y lo va a trascender, de esta forma surge la baja autoestima, se empiezan a decir que ya no sirven para nada y se complica este cuadro”, puntualizó.

Un error que se comete con mucha frecuencia es expulsar a los jóvenes de la escuela cuando lo que se debe hacer es tratar de reintegrarlos a una vida escolar sana, a través de una intervención dentro del plantel.

Dijo que los gobiernos y la sociedad civil han hecho un esfuerzo importante para atender este problema, se pueden encontrar las Unidades de Especialidad Médica-Centros de Atención Primaria en Adicciones (Uneme-Capa), los Centros de Integración Juvenil (CIJ), los grupos de autoayuda, Drogadictos Anónimos, Alcohólicos Anónimos, entre otros, que dan una respuesta a la sociedad brindando atención adecuada a estas personas.

Alis García dijo que a veces los familiares  no quieren llevar a quien tiene un problema adictivo a estos centros porque tienen miedo.

Adicto estigmatizado

Al respecto, Guisa Cruz mencionó que hay un estigma social de la persona que tiene una adicción, pero hay que entenderla como una enfermedad, un trastorno en el área de la salud mental y bajo ese concepto es una patología que se debe de tratar y no se debe señalar a esa persona, porque está enferma.

Por su parte, José Manuel Castrejón Vacio, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Mexicana sobre la Adicción (Amesad), platicó sobre la campaña de legalización de la marihuana que se promueve y el impacto que esto implicaría.

Dijo que como padre de familia es preocupante cómo cada vez más chicos a edades más tempranas se están iniciando en el consumo de drogas, y se puede observar cómo en las calles cada vez más jóvenes están consumiendo marihuana.

“Si hablamos con los jóvenes en una escuela nos podemos dar cuenta cómo están manejando un discurso justificando que la marihuana no produce daños, que no es adictiva, que sirve para calmar los nervios, que tiene muchos usos medicinales”, comentó.

Destacó que llama la atención que algunos dirigentes y políticos sacan un cigarro de marihuana y dicen que van a fumar, al fin que ya la van a legalizar, y encontramos  que la percepción que tienen los jóvenes de riesgo  de consumir está bajando.

¿Marihuana inocua?

Que se está viendo a la marihuana como una sustancia inocua, que no causa daño, que es recreativa y tiene muchos beneficios, esto forma parte de un discurso que se está escuchando en los medios de comunicación a cargo de personajes connotados y el resultado de esto se está viendo en las estadísticas.

En tres años que se lleva de este debate, por ejemplo, se incrementó en un 50 por ciento el consumo de marihuana en la Ciudad de México y lo mismo está sucediendo en Yucatán, y lo que preocupa es que este crecimiento es mayor en las adolescentes.

Además se está creando una especie de fascinación alrededor  de la marihuana se ve en gorras, camisetas, en las películas, en internet, personajes famosos anuncian que la han fumado, hasta un Presidente, y que no daña.

“Cuando uno ve todo esto, nuestros adolescentes, muchos creen que esto es cierto y se atreven a experimentar, lo que antes no ocurría”, enfatizó.

Anotó que la parte más contundente en un joven es que va a tener efectos, primero en su capacidad de aprender, segundo en su estado de ánimo y tercero en su comportamiento.

Daños al cerebro

“Un chico que sabemos está creciendo y su cerebro está madurando al entrar en contacto con la marihuana va a ocasionar una alteración y un daño que puede ser permanente y finalmente esto se va a traducir en un comportamiento característico. Si pudiéramos describir a un joven consumidor de marihuana es alguien que habla lento, que no le preocupan las cuestiones de responsabilidad, apático. El efecto de todo esto es el fracaso”, agregó.

Respecto al suicidio subrayó que el 30 por ciento de las personas que se suicidan traen un problema de consumo de una sustancia, finalmente causa este vacío porque esas sensaciones se van llenando con cuestiones artificiales.

En ese sentido, manifestó que lo que se necesita son jóvenes que hagan deporte, que se dediquen a alguna labor de servicio social, que cultiven alguna práctica artística, que busquen superación, que busquen el encuentro personal no las redes sociales.

“Porque cuando un chico hace todo esto que estamos diciendo se vuelve triunfador, su mente crea de manera natural drogas internas, que lo van a hacer sentir bien, pero si se las fuma o las ingiere se va a atrofiar su cerebro”, concluyó.

Efectos de la marihuana

  • Es una droga “gancho”, generalmente es la primera sustancia recreativa que se usa, lo que facilita el consumo posterior de otras drogas.
  • Afecta directamente la memoria, el aprendizaje y la atención. La mayoría de las investigaciones realizadas han reportado efectos tóxicos para las neuronas alterando las funciones cognitivas.
  • Riesgo de psicosis, esquizofrenia, depresión y trastorno bipolar.
  • El uso de la marihuana produce adicción y dependencia física. De los usuarios de marihuana que entran a algún programa de rehabilitación y tratamiento, el 90% reincide por el deseo de usarla.
  • Daños en el sistema respiratorio; la inhalación crónica de marihuana produce inflamación y bronquitis y en ocasiones se asocia con cáncer pulmonar.
  • Disminución del sistema inmunológico.
  • Ocasiona alteraciones afectivas.
  • Aumento de la violencia y conductas antisociales.
  • Accidentes de tránsito y laborales.
  • Deserción escolar y laboral.

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