Sobrevive a 'casa maldita' y narra su historia

En vivienda vallisoletana moran las almas de una joven ultrajada, de un suicida y de la dueña que murió en forma solitaria.

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Otro aspecto de la entrevista realizada a Emanuel Simá. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- En esta ocasión Emmanuel Simá Jiménez relata su "historia para no dormir", que le ocurrió cuando vivía en Valladolid mientras estudiaba su carrera.

Simá Jiménez relató que vivió una "experiencia espeluznante" hace como 9 años, cuando "estaba en segundo de la Universidad".

En ese entonces se juntó con dos amigos "que vivían acá y me invitaron a vivir con ellos". Al inicio estaba solo en esa casa grande, "con tres cuartos y un pasillo largo". 

La vivienda donde residía, cercana a la Cruz Roja, tenía los cuartos al costado; la cocina estaba al final de la pieza, con un pequeño patio, "y toda la casa está bardeada y no hay áreas verdes", relató.

-Siempre he sido muy precavido en todas las cosas, por los ladrones, y lo primero que hacía era cerrar la puerta de adelante, pues tenía varios candados y pasadores. Pero un señor que vivía allá me comentó: "no le pongas tanto candado porque luego no vas a poder salir corriendo". Yo no entendí a que se refería -dijo.

Simá Jiménez recordó que en su primer día durmió en la sala porque había mucho calor. "Ese día no escuché nada extraño, al segundo día escuché que como a las 4 de la mañana alguien empezaba a correr en el techo de esa casa. Era época de octubre o noviembre, que es época de papagayos (papalotes), pero como al lado de la casa vivían unos chavitos, pues lo primero que pensé es que eran esos niños", señaló.

Al día siguiente y todos los demás días, a la misma hora, seguía teniendo la misma experiencia hasta que una vez "estábamos (él y sus compañeros) en la cocina, (y) como teníamos varias teles, teníamos una antena, entonces una noche escuchamos que se cayó el tubo galvanizado".

Supuestamente la vara se aporreó en el techo, eran como las 2 de la madrugada, "pero ya no queríamos salir a ver qué es lo que había pasado, al día siguiente que salimos vimos que la antena estaba bien puesta, o sea ¿qué se cayó? ¿Qué sonó tan fuerte?".

La situación se aclaró más tarde cuando aquel vecino que le habló de los candados le confesó, no sin antes advertirle que no se fuera a asustar, que en aquella casa donde estaba viviendo espantaban.

Acostumbrado a los fantasmas

El hombre le dijo: "Yo he estado viviendo 2 años acá y ya me acostumbré, de repente estoy trabajando y me avientan las cosas, cuando me voy a bañar escucho pasos afuera o me tiran la toalla".

Estas experiencias se intensificaron cuando una vez se quedó dormido en la sala y, también a las cuatro de la mañana, hora marcada para los sucesos paranormales, oyó pasos de alguien que salía desde la cocina, "desperté pero no podía virar a ver, pasaba casi a diario hasta que una vez me armé de valor y volteé y vi la silueta de una persona mayor”, contó.

Simá vivió en la casa seis meses hasta que se salió, ahora nadie vive en ese lugar. Sigue pasando por el rumbo, y cada que lo hace le vienen a la mente "malos recuerdos". Y para los que piensen que a lo mejor eran sugestiones de su mente, aclara que tiene testigos y varios experimentaron lo mismo.

La última morada de tres personas

Un señor que trabaja en la Cruz Roja, vecino de la "casa maldita", explicó que allí murieron tres personas. Primero fue una joven de la que abusaron en la cocina, luego un muchacho que se suicidó al colgarse en un ventilador de la sala, y la tercera es la dueña, una viejita solitaria cuya muerte se supo cuando el olor de su cuerpo en descomposición era tan pestilente que el hedor traspasaba los muros de la vivienda.

El nuevo dueño no vive la casa, la da en renta, y Emmanuel Simá asegura que fue uno de los pocos valientes que tardó más tiempo habitándola.

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