Sociedad fecunda

El ambiente social tiene ya una característica por demás innegable: somos una sociedad fecunda...

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Después de transcurridas algunas semanas de trágicos acontecimientos de índole diversa, el ambiente social tiene ya una característica por demás innegable: somos una sociedad fecunda.

Ejemplo de esa fertilidad fue un hecho sin precedentes cercanos; con excepción de mil novecientos ochenta y cinco, cuando aún no concluía el embate de la naturaleza acaecido el diecinueve de septiembre, la sociedad ya estaba organizada, dispuesta y actuando para ayudar a los demás, a aquellos afectados por tan imprevisto suceso.

De nuevo lo inusual sucedió, ocurrió, brotó de forma natural desde las entrañas de cada mexicano: la solidaridad, la colaboración, la bondad, la empatía, el altruismo y otros tantos valores más del ser humano.

No cabe duda que somos como pocos, o como han dicho algunos: seres de otro mundo, un mundo propio, no cabe duda que en eso hay la vasta riqueza cultural de los pueblos originarios de estas tierras, mismos que se quedaron en los genes, en la sangre, en el alma de quienes tenemos profundas raíces mexicanas.
Queda claro que la sociedad civil dio de nueva cuenta una lección: sabe y conoce el lado más humano de las personas, lo mejor de ello lo comparten perfectamente para con sus iguales.

La generosidad por otorgar esos valores en distintas formas fue fluyendo, sigue fluyendo, eso debe provocar en todos como sociedad un respiro, ya que queda claro que el lado obscuro de los hechos no nos ha vencido, que aún no nos rendimos, pero sobre todo que no nos vamos a rendir ante ningún antivalor.

También demos por cierto que la muestra de nuestros valores ante estos sucesos de índole natural sólo fue el ejemplo de muchas cosas que a la par comenzaron, cuya evolución parecía no tener principio.
Los cambios sociales ocurren a partir de un hecho doloroso, pocas veces inesperados, muchos más forzados; hoy esta tragedia le cambia el rostro a nuestra sociedad, está en la sociedad que esa modificación no se detenga.

Aprovechemos el estado de sociedad fecunda en el que nos encontramos, conservemos los valores y principios que logramos retomar a raíz de este trágico suceso; vinculados éstos al estado de derecho, nos harán mejorar las condiciones para nuestra sociedad. ¿Está dispuesto a sembrar valores y principios?

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