Agencias

MÉRIDA, Yuc.- Alejandra López López, de 24 años, oriunda de Chihuahua, es una prueba viviente de que en México aún existen personas extraordinarias que son capaces de amar más allá del dolor que causa la muerte de un ser querido.

Alejandra fue trasplantada con el corazón de un donante cadavérico apenas en febrero pasado, acción que le devolvió la posibilidad de empezar una nueva vida.

La joven contó su testimonio en el marco de un evento organizado por la asociación civil yucateca "Camila", dedicada a la promoción de la donación de órganos en esta entidad y en otros puntos del país.

Alejandra se sabe afortunada, pues su vida es muy distinta a la que tenía a la edad de 20 años, publica Notimex.

Embarazada de cinco meses le fue detectado un mal cardíaco, su corazón estaba muy crecido y de hecho el embarazo no pudo progresar por su enfermedad y perdió a su bebé.

No sirvió el tratamiento

Tras la experiencia, recibió un tratamiento médico que le permitió estabilidad durante un periodo de casi tres años, pues a la edad de 22, su corazón empezó a tener dificultades de nuevo.

"Seguí estudiando, trabajaba, hacía ejercicio, pero fue un noviembre en que me empezó a faltar un poco el aire, el siguiente día fui con el cardiólogo, quien me confirmó que a pesar del tratamiento, mi corazón ya se había debilitado mucho más.

"Yo ya no tenía más remedio que recibir un trasplante de corazón, lo cual fue una noticia muy dura y difícil de entender. Cómo podía ser que tenía que deshacerme de mi corazón y recibir el de otra persona. Créanme no es algo fácil de asimilar", relató.

La espera fue relativamente corta, unas dos semanas, aunque para alguien que necesita de un órgano para poder sobrevivir, los días son mucho más largos.

"Es increíble ver que cuando suplicas por un milagro, éste llega de la generosidad de unas personas que acaban de pasar por un momento más que complicado", manifestó.

Hoy es una persona literalmente con un nuevo corazón, "sano lleno de vida".

"Pude volver a respirar a sonreír. Todo cambió por la bondad de otros seres humanos. Siempre estuve confiada al 100 por ciento en esa bondad que todavía ilumina la vida de muchas personas, esa bondad que yo creo viene de nuestra relación diaria con Dios", manifestó.

Según sus doctores, tres semanas la separaban de la vida y la muerte, si en este tiempo no hubiera encontrado un donador, difícilmente hubiera sobrevivido.

"Soy una persona muy afortunada, una que recibió un gran regalo de amor. Está en nuestras manos decidir si damos o no una oportunidad de vida para otras personas, de escuchar ese mensaje de Dios que habla de amarnos con todas nuestras fuerzas", indicó.

Asociación Camila

Durante el acto, también habló María Teresa Fernández Maldonado, presidenta de la Asociación "Camila", organismo que fundó poco después de perder a su hija adolescente que se llamaba así, Camila.

La joven falleció a consecuencia de un accidente y fue una de las primeras donadoras multiorgánicas de esta entidad y desde entonces su madre se ha dado a la tarea de promover la donación de órganos en Yucatán y otros puntos del país.

Yucatán ocupa actualmente el lugar 10 en cuanto a donaciones por número de habitantes y desde 2010 a la fecha ha mostrado un crecimiento sostenido en el número de donadores. Este año ya se han reportado más de 13 donaciones, cifra muy superior a las dos que se registraron en ese año.

Sin embargo, hay mucho por hacer, pues por ejemplo, el 75 por ciento de las donaciones de riñón provienen de donantes vivos y el resto de cadavéricos.