‘Te perdonaré el día que crezcan árboles en las tumbas’

El caso de un atormentado padre por el suicidio de su hijo, al que había castigado severamente días antes.

|
El papá del joven tomó el crecimiento del árbol en la tumba de su hijo como una señal de que lo había perdonado. (Jorge Moreno/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Durante mi última visita a la ciudad de Ticul, algunos lectores pidieron que hablara del caso del árbol que salió de una tumba en el cementerio de esa población, y como desconocía la historia, pedí que me la platicaran.

Para ello, me llevaron con don Estanislao Homá, de 90 años de edad, quien de forma muy lúcida me contó sobre ese famoso caso, el cual me aseguró fue real:

“Yo era un muchachito cuando me enteré de esto. Resulta que en ese entonces no había en Ticul todos los adelantos que hay ahora, no habían tanta calle pavimentada, ni mucho menos luz en cada esquina.

“Lo que pasó es que había tres niños que eran de la misma familia, de entre los doce y quince años de edad, que vivían a dos cuadras de mi casa, pero siempre estaban en la calle y no obedecían a su mamá; en ese entonces, la ley entre los papás era agarrar a cinturonazos a los desobedientes y, a pesar de que les daban cada tunda, no escarmentaban.

“Un día, el papá llegó borracho, le decían don “Zito”, y cuando la mamá le dijo que sus tres hijos se habían portado mal, agarró una soga de hamaca y les empezó a pegar, pero se le pasó la mano con uno. Hasta el doctor tuvo que ir a verlo porque le hizo unos surcos en la espalda. A mí me tocó verlo. Estaba horrible la espalda del pobre niño”, comentó.

“Posteriormente, pasaron los días y cuando el niño por fin pudo levantarse y caminar, ya que estaba en un catre y no se paraba debido al dolor, hizo lo que nadie jamás creyó: salió al patio de la casa, llevó consigo una soga y se ahorcó en un árbol de nance.

“Yo me acuerdo que tenía como 17 años. El chavito estaba casi de mi edad, tenía 15, y fuimos al velorio y al entierro, ya que mis abuelos se llevaban muy bien con los papás del difuntito.

“A los pocos días nos enteramos que el señor tenía mucho remordimiento. Desde el día siguiente se había arrepentido de haberle pegado tanto a su hijo y nos enteramos que fue a pedirle perdón y que el niño no le hacía caso, que sólo decía: ‘Te perdonaré el día que crezcan árboles en las tumbas’.

Hombre de bien

“Pasó el tiempo y el señor dejó de tomar. Todos pensaron que con el suicidio de su hijo se dedicaría más a la bebida, pero todo lo contrario, se convirtió en un hombre de bien y casi siempre iba al cementerio a llevarle flores.

“Nos enteramos que, aparte de su remordimiento, siempre recordaba la frase que le decía su hijo cuando estaba herido: ‘Te perdonaré el día que crezcan árboles en las tumbas’.

“Un año después, me acuerdo que mi abuela llegó corriendo a decirnos que un ‘milagro’ había ocurrido en el cementerio, pues una pequeña ramita o arbolito estaba creciendo de la tumba de aquel niño.

“Yo la verdad no le hice caso ni le di mucha importancia, pero poco después se empezó a comentar por todo el pueblo y como era época de lluvias, la planta ya había crecido, tenía como un metro de altura; decían que eso era sobrenatural.

"Tuve que ir para darme cuenta de que le gente tenía razón, y les confieso que me sorprendí al ver que, en efecto, ese arbolito salía de ¡entre la tumba y entre el cemento!.

"Como yo era muy escéptico, me puse a ver entre las otras tumbas y vi que en ningún otro lado se repetía ese fenómeno. Las más de 500 tumbas que había en ese entonces estaban 'normales'.

"Lógicamente, don “Zito” tomó esto como una señal y cree que fue la forma en que su hijo lo perdonó por haberlo castigado de forma tan violenta", concluyó don Estanislao su relato.

Lo más leído

skeleton





skeleton