'Pasé muchos años queriendo ser invisible'

Para evitar las burlas por la tartamudez, Lilia Elizabeth Uc Santana optó por pasar mucho tiempo en silencio.

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Lilia Elizabeth Uc Santana sufrió por muchos años por la tartamudez, por lo que ingreso al programa McGuire para ser atendida. (Milenio Novedades)
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Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- “Al principio sientes que no sale la palabra y al querer esforzarte para decirla vienen los bloqueos, las tensiones faciales, se comienza a desviar la cara, hasta el grado de darme un pellizco para que salga la voz, porque tienes las ganas de expresarte pero no puedes, eso es la tartamudez”, dice Lilia Elizabeth Uc Santana, de 21 años.

Esta meridana vivió muchos años en la sombra porque estos espasmos, al momento de comunicarse, que comenzaron a los cinco años, le valieron burlas y prefirió por muchos años hablar solo para lo necesario y estar en silencio el mayor tiempo posible.

“Mi mamá me comenta que desde los cinco años me daba trabajo comunicarme y tengo presente que en la primaria me percaté de lo que sucedía y que mis compañeritos me veían como rara, entonces evitaba leer, hablar, exponer o una simple plática. Prefería que me pusieran un cero de calificación a tener que pasar y que se burlaran”, reveló.

Indicó que se le acumularon sentimientos encontrados, tenía “autoodio” porque si bien tenía la capacidad para pensar las cosas, no podía expresarlas, lo que la hacía sentirse mal.

Fue hasta noviembre de 2013, que tras pasar todos estos años en ese mundo donde quería ser invisible, que se integró al programa McGuire, y hoy su vida es diferente, por lo que ofreció dar este testimonio sin temor, querer seguir estudiando y salir a la luz.

Dijo que ahora sabe que los niños que reciben atención temprana tienen mayores oportunidades, pero jóvenes y adultos que como ella no tuvieron esa oportunidad, tienen esta opción, la cual le ha ayudado en lo que nunca imaginó.

“En el pasado me limitaba mucho y me daba vergüenza comunicarme con las personas por el hecho de pensar que se iban a burlar de mí, ahora estoy dispuesta a todo”, apuntó.

Dijo que acudió con una fonóloga, pero debido al avance de la tartamudez le recomendó este programa, decidió acudir y con constancia sigue adelante.

“Tomé un curso de cuatro días en el que me enseñaron desde qué es la tartamudez, lo que pasa cuando uno se bloquea y cómo hacer para que no suceda esto, y si lo tienes, cómo hacer para controlarlo”, refirió.

Recuerda que el primer día, cuando tuvo que pasar al frente, presentarse y leer, tuvo unos bloqueos muy fuertes, mucha tensión en las articulaciones, fueron momentos difíciles donde no pudo evitar llorar.

Pero conforme fue aprendiendo, comenzó a notar que podía tener control, entonces lloró, pero de felicidad.

“Ha sido un cambio positivo, en esos cuatro días nunca creí dar un discurso frente a muchas personas y desde entonces me enfrento día con día, pero ya con las herramientas que me enseñaron es más fácil y podemos regresar al curso las veces que queramos para seguir adelante”, apuntó.

Mencionó que por mucho tiempo no buscó alternativas porque tenía miedo a enterarse de cosas negativas o que no había solución, pero se ha dado cuenta de que hay más personas con el problema y que entienden cómo se siente y si se puede tener un control, por lo que invitó a quienes están en la situación que vivió que investiguen y se arriesguen.

Mencionó que antes del programa en su familia todos evitaban el tema, de chica la llevaron con los médicos y le decían que era normal, y cuando creciera se le quitaría, incluso tomaban pastillas para la tensión y nunca cambió nada, hasta que un día dejó de tomarlas, fue creciendo y cada vez más se fue limitando. 

Ahora con su mamá practica, exagera sus técnicas, se siente muy feliz y la apoyan al 100 por ciento.

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