Tuvo una alimentación sin control durante 33 años

Desde los 12 años, Sol quedó atrapada en las redes de una enfermedad que poco a poco ha ido superando.

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Los transtornos alimenticios pueden presentarse desde la infancia. (SIPSE)
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Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Sol no aceptaba que tenía un problema, para ella comer en exceso y vomitar era parte de su vida desde los 12 años. Tuvieron que pasar 33 años para darse cuenta de que este trastorno la estaba acabando interna y externamente.

Recorrió varios lugares para recibir ayuda, hasta que llegó a Comedores Compulsivos Anónimos, en donde se abrió una luz en su vida; encontró el apoyo que necesitaba para salir adelante.

Con una sonrisa, los ojos con brillo y energía al hablar, Sol agradece a Dios por haberla dirigido a este grupo en donde entendieron lo que le pasaba, y ahora, casi tres años después de iniciar el proceso, tiene la estabilidad emocional para controlar sus impulsos sobre la comida.

No fue fácil… Le costó mucho trabajo, pero qué logro sin esfuerzo es satisfactorio, al menos así lo ve Sol ahora, como un triunfo sobre este monstruo en el que se transformó para ella la comida, que la perseguía y la trastornaba y la convertía en un ser extraño, sin control de su vida.
Su familia lo sabía, pero no encontraban la forma de abordarlo y mejor se quedaban callados.

“Tenía 12 años y pesaba unos 10 kilos de más, lo que me acomplejaba mucho, porque no me venía la ropa y me criticaban; escuché que alguien lo hacía (devolver), y dije por qué no. Cuando vi el resultado que comía lo que quisiera, en el momento que sea y bajaba de peso, pensé que era lo mejor que me había pasado”, explicó.

Su vida continuó con este proceso, el cual, por etapas, lo intentó dejar; por ejemplo, cuando se embarazó, cuando estaba mejor emocionalmente, pero alguna situación se presentaba y poco a poco regresaba al viejo hábito.

“Las personas me decían que estaba delgada, no creían que tenía un problema de este tipo, pero comer de manera compulsiva no quiere decir que se esté obesa, y el explicarlo es algo complicado”, dijo.

“Es fácil decir que lo deje para el que no tiene este problema, pero para quien toda su vida se ha relacionado con la comida, como yo, es complicado; por eso las personas que tienen un problema semejante pueden acercarse a Comedores Compulsivos y su vida cambiará”, indicó.

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