Un legado de generosidad

Muere a los 91 años el señor Abdala Farah Abraham, destacado miembro de la comunidad libanesa de Yucatán.

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A partir de este lunes y hasta el domingo se realizarán misas y otros eventos religiosos relacionados con el deceso de don Abdala Farah Abraham. (SIPSE)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El pasado 19 de noviembre, a la edad de 91 años, falleció el señor Abdala Farah Abraham, tronco de honorable familia y miembro de la comunidad libanesa de Yucatán, destacado por su cultura de trabajo y aportación a la sociedad, en valor social y económico.

La misa de cenizas será este lunes 21 de noviembre a las 19:00 horas, en la parroquia de Nuestra Señora del Líbano, donde amigos, familiares y seres queridos que compartieron diferentes etapas de su vida le darán el último adiós. 

El pasado sábado fue velado en su hogar en un servicio funerario privado, e incinerado en el complejo funerario La Piedad.

Las celebraciones eucarísticas en su honor continuarán de martes al domingo a las 19:00 horas en la iglesia de María Inmaculada (San Juanistas).

Don Abdala Farah Abraham, nació el 29 de diciembre de 1924, contrajo nupcias con Yolanda Antonia Martín Carrillo de Farah (q.e.p.d.) el 30 de mayo de 1947;  con ella procreó siete hijos: Yuli María, Salvador Abdala, Manuel Abraham, José Antonio, Effy Ruth, Amín Michel y Shubert Rashid Farah Martín (q.e.p.d.).

Además de seis de sus vástagos, le sobreviven sus hermanos  Daniel y Felipe Farah Abraham; sus hijos políticos Ileana Medina Farah, Patricia Tello Camino, Mario Erosa Burgos y Rosa Elena Camacho Flores; sus nietos Becerra Farah, Medina Farah, Farah Tello, Erosa Farah y Farah Camacho, bisnietos y demás familiares. 

Entre sus contribuciones a Yucatán destaca su labor empresarial ya que fue el fundador de los comercios Almacenes Farah, que ha generado empleo durante décadas y actualmente sigue operando.

Abdala Farah forma parte de los hijos de la primera generación de libaneses que llegaron al estado. Hijo de Sahjía Abrajam de Farah y Josepe Farah Nieves, la familia arribó a tierra maya para comenzar una nueva vida. Sin recursos económicos pero con un espíritu emprendedor, los libaneses comenzaron a construir su patrimonio material y de valores que han permeado a través de sus siguientes generaciones.

Esfuerzo ejemplar

Con el ejemplo de sus padres y la necesidad de salir adelante, la cultura del trabajo fue parte de la cotidianidad, y al morir don Josepe, Abdala con tan solo 12 años se convirtió en el principal proveedor de su familia y ayudó a la crianza de sus seis hermanos Daniel, Felipe, Miguel (q.e.p.d.), Elsa (q.e.p.d.), Beatriz (q.e.p.d.) y José (q.e.p.d.).

Además de crear valor económico, Farah Abraham contribuyó a Yucatán en el ámbito educativo, social y religioso: fue benefactor para la construcción de la iglesia de la colonia Granjas, la Miraflores,  en Mérida;  una capilla en Chixchulub, así como bienhechor del grupo de sacerdotes Salesianos, fundador del asilo de ancianos “Señor de la Misericordia” en Ticul, impulsor de la preservación y mantenimiento de la parroquia de dicho municipio y miembro fundador del Club Libanés.

En materia educativa, fue uno de los miembros fundadores de la Universidad del Mayab, ahora Anáhuac Mayab; de la primaria del Instituto Patria y promotor de la creación del Centro Médico de las Américas (CEMA). 

“Amoroso, generoso, proveedor, protector, gran hombre, así fue mi padre que con su ejemplo de vida, nos enseñó a ser mujeres y hombres de bien y de lucha”, comentó Effy Ruth, hija de don Abdala.

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