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Las organizaciones internacionales de geología se encuentran en una encrucijada: desde el año 2000 surgió la idea de que estamos ingresando a una nueva era, ya que hasta ese momento estábamos viviendo en el Holoceno, pero cada vez más estudiosos parecen coincidir en que nos hallamos ante el surgimiento de un nuevo periodo geológico al que han denominado el Antropoceno o la “Edad de los humanos”.

El Antropoceno refleja con claridad el impacto de la actividad humana sobre el planeta. Cada vez más científicos concuerdan en que la proliferación de ciudades en todos los continentes y la utilización de plástico, cemento, acero, asfalto, vidrio y otros materiales propios de la actividad humana están moldeando el paisaje de la superficie terrestre y dejando profunda huella en la tierra.

Hemos tomado este planeta y con nuestra inteligencia y tecnología lo hemos explotado en beneficio nuestro; ser la especie dominante nos ha llevado a considerar propiedad nuestra todo lo que la naturaleza ofrece, no nos sentimos como un integrante del mundo, sino sus dueños indiscutibles.

Es responsabilidad de cada uno de nosotros no solo dejar el planeta en condiciones de ser disfrutado por futuras generaciones de la misma manera que nosotros, sino contribuir para que todas y cada una de las especies que en él habitan tengan garantizado un futuro.

El ser humano no es solo un habitante más del mundo, y es mentira que el hombre y los demás seres vivos tengan los mismos derechos, es falso que tan valiosa sea la vida de un bebé humano como la de un elefante recién nacido. ¿Por qué razón?, sencillamente porque mayores responsabilidades implican también mayores derechos; si el ser humano es el más alto responsable de la preservación de la naturaleza, no puede en justicia ser uno más de todos los seres vivos. El máximo responsable será también quien mayores derechos tenga.

Seamos conscientes de nuestro papel de administradores de este mundo y preservemos su riqueza y diversidad; es nuestra obligación, nuestra responsabilidad y el futuro de nuestra especie y de todas las demás.n

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