Urge diagnóstico de los petenes de Yucatán

Es necesario insistir en la protección y recuperación de este ecosistema, presente en las reservas de Celestún, El Palmar y Bocas de Dzilam.

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Especialistas indican que hay pocos datos sobre el estado de los petenes conservados en Yucatán. (Archivo/SIPSE)
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Agencias
MÉRIDA, Yuc.- El especialista de la Unidad de Recursos Naturales del CICY, Fernando Tun Dzul, consideró necesario realizar estudios científicos para determinar el estado de los petenes, a fin de establecer planes para su conservación, manejo y uso sostenible.

Explicó que los petenes “es una comunidad vegetal que presenta características singulares, pues se trata de islas de vegetación rodeadas por pantanos, en los que puede llegar a existir la presencia de un manantial de agua dulce en el centro”.

El investigador del Centro de Investigación Científica de Yucatán, A. C. (CICY), añadió que por su naturaleza y la combinación de sus factores geológicos, hidrológicos y topográficos, los petenes constituyen ecosistemas que pueden ser considerados islas de biodiversidad únicas en el país, cita Notimex.

Puntualizó que son parte fundamental del patrimonio natural de la península de Yucatán, por lo que es necesario insistir en la protección y recuperación de estas zonas, abundó en el marco de la celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica.

Indicó que en esas islas la vegetación se va distribuyendo en círculos concéntricos, de modo que el manglar o la vegetación propia de las selvas quedan en la periferia, o bien, puede darse una interesante mezcla de elementos selváticos y de manglar.

Pocas zonas

Señaló que hay varios factores que influyen en la conformación de los petenes, como la estructura del suelo, la elevación del sustrato, la dinámica hidrológica de la zona y la vegetación asociada.

Lo cual, añadió, “hace posible que se encuentren petenes de diferente forma, tamaño y estructura arbórea, pues podemos encontrar estos ecosistemas en menos de una hectárea o con una extensión de más de 30 hectáreas”.

Resaltó que lo que hace tan singulares a los petenes, “son las pocas zonas donde podemos encontrarlos”.

Detalló que tienen una distribución restringida a algunas regiones en el continente americano: “se sabe de su existencia en el sur de Florida, Estados Unidos, llamados hammocks; en Cuba se les conoce como mogotes, y en Brasil son conocidos como hamacas”.

En términos de superficie, en la Península de Yucatán tienen una cobertura estimada de poco más de 30 mil hectáreas, donde Campeche es el estado que presenta la mayor extensión de petenes, con más de 13 mil hectáreas, seguido de Yucatán con cerca de 10 mil hectáreas y Quintana Roo con poco más de ocho mil 700.

Tun Dzul refirió que en Yucatán, los petenes se encuentran en las reservas de Celestún, El Palmar y Bocas de Dzilam, en la porción norte del estado.

Ecosistema fragmentado

Afirmó que hay una escasez de datos sobre la calidad de los petenes conservados, así como de los efectos en estos ecosistemas producidos por la continua perturbación del hombre.

Ya sea por la extracción de madera, la fragmentación del ecosistema, las prácticas agrícolas, el aprovechamiento de especies y los fuegos intermitentes, todos ellos factores que han contribuido a su degradación, señaló.

Y es que no sólo es importante estudiar la flora de estos ecosistemas, sino de la fauna silvestre. “En recorridos a los petenes y los humedales se han registrado 198 especies de aves bajo el estatus de protección, así como aves de interés cinegético y aves canoras y de ornato”, dijo.

Asimismo, han encontrado 79 especies entre invertebrados, reptiles, aves y mamíferos que son aprovechados por el hombre bajo diferentes usos: alimenticio, medicinal, de comercio u ornamental”, apuntó el especialista.

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