Venganzas y castigos en el origen de cenotes en Yucatán

Por ejemplo, en el caso del que está en Dzityá se habla de una maldición contra un hijo ingrato con su madre.

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Cada cenote de la península tiene una historia interesante en su origen. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En el estado de Yucatán y la Península en general existen cientos de cenotes, y aunque su formación física se atribuye a la caída del llamado “meteorito de Chicxulub” hace millones de años, la antigua tradición oral de los mayas les da otro origen a muchos de ellos.

Por ejemplo, el caso del cenote Chen Ha, ubicado en la comisaría meridana de Dzityá, habla de la fuerza de la naturaleza a través de una maldición debido al mal comportamiento de un hijo. Varios pobladores de este sitio me contaron lo siguiente:

“Hace mucho tiempo, cerca del lugar donde ahora está el cenote Chen Ha, vivía un matrimonio que tuvo un sólo hijo. Cuando creció se casó con una mujer del pueblo y construyó su casa en el sitio donde ahora está el cenote, que era un terreno muy pedregoso. Al pasar el tiempo la madre del muchacho quedó viuda y tuvo que depender de la ayuda de su hijo, al que le empezó a ir bien pues lograba buenas cosechas en su milpa; gracias a esto vivía con su mujer holgadamente.

“La mamá, en cambio, era muy pobre y por eso tenía que ir a pedirle comida a su hijo. Mientras éste comía buenas viandas, negaba a su madre la ayuda solicitada; en vez de apoyarla, la relegaba. Cuando la señora iba a casa del joven, él guardaba la comida. La anciana pedía maíz a su hijo y éste le decía que no tenía. Molesta por esa actitud, la propia madre maldijo al muchacho: Algún día te va a tragar la tierra, le dijo.

“En el lugar donde ahora está el cenote, allí estaba el pozo del cual el hijo y su mujer sacaban agua. Entonces un día, por la maldición de la madre, se desfondó esa parte y se volvió cenote. Allí desaparecieron el hijo ingrato, su esposa y la casa donde vivían, de hecho actualmente en el interior del cenote todavía están los palos de la casa".

Versión con padre anciano

Muy cerca de ahí, en la comisaría y zona arqueológica de Dzibilchaltún hay otra versión muy parecida de otro cenote denominado Xlakaj. En este caso, es el padre, ya viejo y cansado quien va a pedirle un pedazo de pan a su hijo y éste se lo negó a pesar de que disfrutaba de muchas comodidades. Entonces Dios tomó la apariencia del señor y fue de nuevo a ver al hijo. De nuevo, el ingrato no dio la ayuda. Como castigo, Dios hizo caer un rayo sobre la casa del muchacho. Se hundió en el suelo y así se formó ese cenote.

El caso del cenote Chen Ha ubicado en la carretera Mérida-Campeche, a la altura del municipio de Chocholá, es peculiar, ya que ahí es el diablo el que castiga a una mujer que maltrató a su marido y a su perro.

Resulta que hace muchos años, una mujer de carácter muy agresivo no dejaba en paz al marido, razón por la cual éste procuraba estar siempre acompañado de su perro, en el monte y no tener que soportar a su cónyuge. Ella salía siempre de la casa para ir a buscar agua a un pozo lejano. Un día, en el camino de retorno, un pajarito le dijo: "Apúrate, tu hijo está llorando".

Al llegar, el niño, de algunos meses de edad, seguía llorando a más no poder. La mujer lo trató de calmar, pero justo en ese momento vio al perro y le espetó: "No fuiste con tu amo, holgazán. Voy al pozo otra vez y tú vas a cuidar y adormecer al niño".

Salió otra vez la señora con su cántaro de barro y el perro quedó angustiado por la orden que le había dado su ama. El niño, como siempre, empezó a llorar otra vez y el animal, desesperado le pidió ayuda al Diablo. Cuando regresó la mala mujer, escuchó una melodiosa voz que arrullaba al infante. Intrigada por ver quién era, se fue acercando poco a poco, sin hacer ruido. No podía creer lo que veía.

No podía creer lo que veía

Cuando regresó la mala mujer, escuchó una melodiosa voz que arrullaba al infante. Intrigada por ver quién era, se fue acercando poco a poco, sin hacer ruido. No podía creer lo que veía.

El perro se había metido a la hamaca, mecía y le cantaba al niño, en tanto que este dormía plácidamente. Entre asustada y molesta, la señora quiso apalear al perro, pero éste ya estaba poseído por el Diablo y podía hablar, se hizo a un lado y salió corriendo. En su huida tiró el cántaro con agua que se rompió en el acto.

Antes de alejarse del lugar, el perro le dijo a la mujer: "Ya no tendrás que ir por agua, aquí tendrás bastante". Cuentan que el agua siguió saliendo del traste roto hasta ahogar a la mala mujer y al niño llorón. De paso inundó la casa y todo el terreno de los alrededores. Así se formó Chen Ha.

Cabe destacar que una historia casi idéntica se refiere al origen de la laguna de Chuina en Campeche, así como de otros cenotes, lo que siembra dudas sobre dónde realmente pasó esto y en donde sólo se trata de imitaciones, pero más allá de esto, las historias no dejan de ser interesantes y sorprendentes.

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