Vialidad, otro valor

En la magia, como en las matemáticas, existen fórmulas que nos pueden llevar...

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En la magia, como en las matemáticas, existen fórmulas que nos pueden llevar a un resultado encantador. En este domingo deseo escribirles sobre una de las grandes fórmulas de la magia: respeto más paciencia es igual a vialidad; un valor cívico relevante que tanto automovilistas, motociclistas, camioneros como peatones estamos dejando de utilizar.

Me encontraba hace unos días en el semáforo, era el segundo en la fila y detrás de mí había una larga cola. Salió el verde y el conductor de adelante se distrajo ligeramente por una milésima de segundo a la par que algunos vehículos de atrás activaron el claxon a todo lo que da. Justo algo similar ocurre en las vueltas continuas, las cuales por cierto no son obligatorias, pero habla de una persona decente evitar ponerse en ese carril para permitir que otros pasen por ahí, pero, bueno, ocurre que a todos nos ha sucedido que no deseamos dar vuelta y por equivocación nos ponemos en ella recibiendo una docena de insultos, saludos a nuestra mamita y varios pitidos. Y ni qué decir cuando aprendía a conducir, se me detenía el auto a cada segundo produciendo que los conductores de atrás se alteraran violentamente como si nunca hubiesen estado aprendiendo a manejar.

Para los transeúntes también hay su historia, pues requiere de mucha magia el hecho de subir el puente peatonal del Periférico para no cruzar en medio de éste, o simplemente aprender a que salga rojo para cruzar por las esquinas en la Plaza Grande. Para no ser atropellados también se requiere paciencia, valor que acepto olvidar un poco cuando el conductor de enfrente no activa las direccionales antes de dar vuelta, como si gastara gasolina usarlas. Pues la direccional es también parte del respeto que se le debe tener al otro conductor.

Así pues, amigo lector, conseguir una buena vialidad, menos tránsito y mejor movilidad es un derecho que nos ganaremos si aprendemos a respetar y ser pacientes. Si el problema es que tienes prisa entonces tendremos que platicar de otra magia que a los yucatecos nos falta: puntualidad, pero esa no se gana yendo rápido sino saliendo temprano y la platicaremos en otro show.

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