Niños ahora se drogan con perfume

Este tipo de sustancias ya no solo la usan los niños de la calle, sino que 10% de estudiantes de entre 12 y 19 años.

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Son cada vez más los jóvenes y niños de Yucatán que se hacen adictos a las drogas por las sustancias inhalantes que son fáciles de adquirir, como los solventes. La imagen es únicamente para ilustrar. (Milenio Novedades)
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José Salazar/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En Yucatán, la drogadicción con sustancias inhalables es un problema que no sólo afecta a los niños de la calle, sino también a adolescentes de entre 12 y 19 años de edad que cursan el nivel de secundaria y bachillerato.

El consumo de inhalantes se ha vuelto un problema de salud pública debido a que son de fácil adquisición y se encuentran en numerosos productos. Este tipo de droga es la tercera más consumida por jóvenes de secundaria y preparatoria después de la mariguana y la cocaína.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes elaborada en 2014 por el Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz" (Inprfm), en coordinación con autoridades de salud a nivel federal, en la entidad 10 de cada 100 estudiantes de secundaria admitió haber consumido drogas alguna vez y en el caso de los estudiantes de preparatoria, 25 de cada 100 admitió el uso de sustancias prohibidas.

En el rubro de consumo de inhalables, el promedio de estudiantes que alguna vez los consumió es de 6.4, cifra se aproxima a la media nacional, que es de 6.8 de cada 100. En secundaria, 4 de cada 100 admitió haber usado inhalables alguna vez, cuando a nivel nacional es de 5.3.

La doctora Nayeli Páez Martínez, investigadora responsable del Laboratorio Integrativo para el Estudio de Sustancias Inhalables Adictivas del Instituto, explicó que estudios recientes han revelado que el deterioro cognitivo y conductual por consumo de sustancias inhalables adictivas es severo y sus efectos pueden perdurar por largo tiempo, incluso después de abandonar el consumo.

“Su bajo costo, el hecho de que se encuentran presentes en productos legales y la facilidad con que se pueden adquirir, vuelven estas sustancias la perfecta droga de entrada. Los niños pueden tener acceso fácilmente a estos productos, desde unos marcadores en la papelería, pegamentos o thinner en la tlapalería, e incluso el barniz de uñas que nos puede parecer tan inofensivo”, explicó la especialista.

Se ha comprobado que los jóvenes consumidores de inhalables, de no recibir la ayuda de manera oportuna, pueden pasar al consumo de otras sustancias psicotrópicas como la cocaína, mariguana, metanfetaminas o solventes. El panorama se complica con el consumo de sustancias permitidas como el tabaco y el alcohol.

Droga con aroma de...

“Los chicos que inhalan se han vuelto muy sofisticados, porque ahora mezclan el thinner con algunos aromas, ellos los llaman ‘sabores’ y puede ser cualquiera: fresa, vainilla, guayaba, en fin. Entonces ese aroma desagradable queda enmascarado con estos aromas agradables, lo que puede alentar a un mayor consumo”, explica la investigadora.

Esto al conjuntarse con situaciones de pobreza, como mala alimentación y falta de acceso a servicios de salud, agrava los deterioros que las sustancias inhalables ocasionan en el cerebro humano.

En los jóvenes que no son de escasos recursos y estudian la secundaria y preparatoria, los motivos de consumo son muy diferentes. Estos grupos buscan experimentar sensaciones nuevas, algo muy característico de la adolescencia. Además, existe una creencia general, entre los niños, de que estas sustancias no hacen daño, pues las consiguen de forma fácil y legal.

“La percepción del riesgo que implica consumir este tipo de droga entre los jóvenes es baja. Creen que no les va a causar algún daño, sin embargo es todo lo contrario, ya que uno de los efectos más reportados por el consumo crónico de inhalables es la pérdida de memoria.

"Las alucinaciones persisten, pero contrario al efecto inicial del consumo, se produce ansiedad y depresión, que eran justo los estados que el consumidor deseaba mitigar. Además, a nivel de tejidos, el consumo causa un ensanchamiento de los ventrículos cerebrales y ocasiona la muerte neuronal, lo que se va traduciendo en un deterioro cognitivo severo”, concluyó la doctora Páez Martínez.

El tolueno, responsable de alteraciones neurológicas 

De acuerdo con la especialista, los productos utilizados como drogas inhalables son una mezcla de sustancias, pero recientemente se ha revelado que el tolueno es el responsable de las alteraciones neurológicas.

“El tolueno es una molécula química muy sencilla y de naturaleza lipídica, es por eso que antiguamente se creía que tenía la capacidad de llegar al cerebro y simplemente disolverlo”, explicó la doctora Nayeli Páez.

"Sin embargo -prosiguió la especialista-, estudios recientes han encontrado que esta sustancia sí tiene blancos moleculares, es decir, sí se une a receptores específicos en el organismo. Y a pesar de que actúa en una gran cantidad de receptores de neurotransmisores  (como glutamato, GABA, serotonina y nicotínicos), su mecanismo de acción es específico, inhibiendo algunas funciones cerebrales y estimulando otras.

“Además de las alucinaciones, ansiedad, depresión y muerte neuronal con el consiguiente deterioro cognitivo, un agravante de estos efectos es el consumo a tan temprana edad. Sabemos que el cerebro no termina de madurar alrededor de los 20 años y esta es una droga que se consume por niños en torno a los 12 años, por lo que el desarrollo de este órgano se ve seriamente comprometido”, explicó.

La investigadora mencionó que existen distintas aproximaciones farmacológicas que buscan mitigar los efectos nocivos que tienen los inhalables en los consumidores o que buscan facilitarles la abstinencia.

“Por ejemplo, existen fármacos como la risperidona, el haloperidol o las carbamacepinas que ayudan a controlar la psicosis paranoide. También está la lamotrigina, que reduce el deseo compulsivo por la sustancia y la vigabatrina, que disminuye la dependencia a ésta”.

Pero a pesar de que existen varias alternativas farmacológicas para estos pacientes, no existe una que abarque todos los efectos y el deterioro causado por las sustancias inhalables. Por ello han surgido como alternativa los tratamientos de tipo conductual.

Estas terapias son consideradas holísticas o integrales, pues incorporan aspectos de identidad cultural, armonía con el medio ambiente, habilidades de liderazgo, inteligencia emocional y mejoramiento de la autoestima.

“Estos tratamientos han tenido resultados positivos en los pacientes, motivándolos a retornar a sus estudios, a sentirse más seguros y mantener periodos de abstinencia”, expresó.m

Adictos sufren de graves daños físicos y mentales

Por su parte, el médico Alonso Sansores Río, coordinador de Programas Integrados de Salud (PrevenIMSS), del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dijo que el consumo de inhalables es cinco veces mayor en adolescentes que en adultos, por eso es fundamental que los jóvenes conozcan los peligros de consumir estas drogas, que ocasionan diversos daños físicos y en su entorno social.

Afirmó que los inhalables pueden causar convulsiones, daño renal o hepático, deterioro nervioso, alteración de la memoria, disminución de la capacidad de razonamiento, depresión, ataques de pánico, ansiedad y alucinaciones.

"Además, la adicción agrava el entorno social del consumidor lo que deriva en problemas familiares, cambios y descuido en la apariencia física, falta de higiene y un comportamiento antisocial y agresivo. La  drogadicción es considerada una enfermedad porque afecta directamente la salud física y mental de las personas, genera daños orgánicos muchas veces irreversibles, empeora la calidad de vida e incrementa el riesgo de tener accidentes”, abundó el especialista en Salud Pública.

Sansores Río explicó que los jóvenes son más vulnerables a consumir inhalables y esto se debe en parte a la influencia de su medio social, ya sea por amistades, problemas familiares o baja autoestima y advirtió que si no reciben atención y guía adecuada, esta situación podría llevarlos a otras adicciones como el tabaco, alcohol o a sustancias psicotrópicas, como la cocaína, mariguana, metanfetaminas o solventes.

Por medio del programa JuvenIMSS, el Instituto Mexicano del Seguro Social trabaja con adolescentes de 10 a 19 años. Las actividades se realizan en dos grupos de edad: el primero de 10 a 14 años y el segundo de 15 a 19 años, con la finalidad de satisfacer las necesidades específicas de su edad.

Como parte de la atención se brindan pláticas sobre la prevención de adicciones para fortalecer los factores que protejan contra el consumo de drogas a los jóvenes; así como habilidades para enfrentar las diversas situaciones que se presenta en la vida.

"Llevamos este programa de salud a escuelas y universidades, con el propósito de preservar o mejorar el estado de salud de este grupo poblacional, además de promover estilos de vida saludables y protegerlos de enfermedades comunes en esta etapa de la vida”, agregó.

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