Sobrevivió a 7 puñaladas, pero los recuerdos la matan

La historia de Grettel está considerada como una de las 5 peores en el mundo de mala aplicación de la justicia con perspectiva de género.

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Grettel Rodríguez Almeida, quien fue víctima del ataque de su novio Germán Alyn Ortega Hernández, está en espera de una resolución judicial del Tribunal Superior de Justicia. (Archivo/Milenio Novedades)
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SIPSE.com
MÉRIDA, Yuc.- Un año, ocho meses y 25 días de prisión y pago de 60 días de salario mínimo de multas fue la sentencia que cumplió un joven que atacó a su novia y la dejó que cicatrices de por vida, incluso en la yugular.

Se trata de la historia de Grettel Rodríguez Almeida y Germán Alyn Ortega Hernández, revivido hoy en el programa Primero Noticias de Carlos Loret de Mola, en el que la víctima señaló que, inconforme con la decisión de una juez, ha recurrido a varias instancias y ahora toca al Poder Judicial del Estado emitir una resolución al respecto.

En la historia que cuenta  en Primero Noticias, Gretel evoca lo que pensó que cuando, el día de ataque, su novio le agarró la cabeza y la cortó la yugular: "Ya me morí", se dijo a sí misma.

Y dice que pensó eso porque recordó que alguna vez su novio, cuando veían una película, le comentó: "No entiendo por qué la gente hace tanto para matar a alguien si con contarles la yugular..."

Además del certero tajo en la yugular, la joven recibió cortadas en la mejilla , el abdomen, tórax y muñecas. Al escuchar los gritos, los padres de la joven acudieron en su auxilio y la llevaron a una clínica.

Gretel se salvó de morir, pero no de los amargos recuerdos: "Yo tenía sangre desde la punta de mis cabellos hasta la punta de mis pies", recuerda.

La historia de amor terminó el 16 de septiembre de 2009 y le abrió las puertas a la del odio: Grettel Rodríguez Almeida decidió concluir su noviazgo con Germán Alyn Ortega Hernández, a causa de la violencia que constantemente vivía dentro de la relación.

“Estaba en mi casa, con mi familia, y con mi exnovio, que en este momento era mi novio, y me dice que no quería que volviera a habla con mi amigo, con el que estaba hablando, nunca más y ni con ninguno de mis amigos. Me pareció sumamente absurdo, y ‘no, no voy a hacer eso’”, explica en la entrevista con Primero Noticias.

Luego de golpear a la joven, Germán Alyn tomó un cuchillo de cocinero, de 30 centímetros de largo, con el que la apuñaló hasta siete veces.

Le produjo heridas de 12 centímetros en una mejilla, y de 14 centímetros en la otra, en el cuello le seccionó la yugular, y también le produjo heridas en el tórax, abdomen y muñecas de ambas manos.

Una de las razones por las que el atacante de Grettel no fue juzgado por homicidio es que el arma no era la 'ideal' para matarla

Grettel salvó la vida gracias a que sus padres (que dormían en una de las habitaciones) acudieron en su auxilio al escuchar sus gritos, momento que aprovechó el agresor para huir del lugar.

Los padres de Grettel no intentaron detener al atacante, sino que corrieron hacia el cuerpo sangrante de su hija y, con esfuerzos, la cargaron y condujeron hasta una clínica particular donde fue atendida de sus lesiones.

Germán Alyn fue detenido ese mismo día, y ante el Ministerio Público hizo la siguiente confesión: “Ella me dijo que terminaríamos nuestra relación, a lo que le respondí que no, y que si se atrevía a dejarme la iba a matar y luego me suicidaría (…) me gritó que me fuera de su casa, seguidamente me propinó dos bofetadas, lo que me causó enojo y agarré el mencionado cuchillo que momentos antes había dejado en la mesa de centro de la sala y la lesioné en la parte de la cara y el cuello…”

Se trataba de un caso típico de homicidio en grado de tentativa, visto a los ojos del sentido común. Sin embargo, el Poder Judicial de la Federación concluyó que no fue así y, en enero de 2015, resolvió que Germán Alyn no puede ser procesado por ese delito.

“Cuando yo fui a ver a la juez, ella me dijo: ‘¡Ay, niña, ya déjalo!... Tú tienes unas cuantas rayitas; él está preso, pobrecito, ¿Qué? ¿No te da pena?’”

Entre los argumentos para librar al agresor de una sentencia por intento de asesinato, el Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Décimocuarto Circuito del Poder Judicial de la Federación, con sede en Yucatán, expuso que, de haber querido matarla, el atacante lo habría hecho, pues era físicamente más fuerte que la víctima y 20 kilos más pesado.

Además, según la magistrada Luisa García Romero, autora del fallo judicial, el cuchillo con el que Grettel fue apuñalada en el rostro y el cuerpo no era "el ideal" para matar a alguien; además el agresor contaba con habilidad para usarlo –por su condición de chef–, y que su intención era sólo asustarla.

También dijo la juez que Germán Alyn salió de la habitación y dejó a la joven aún con vida.

Según la juez federal Luisa García Romero, quien revisó el caso, “aun cuando es verdad que el activo (el atacante) realizó parcialmente actos ejecutivos que pudieron producir como resultado la muerte de la ofendida (…) también lo es que no existen datos aptos y suficientes que conduzcan a determinar que dicho resultado (el homicidio) no se consumó por causas ajenas a la voluntad del inculpado”, es decir, explica la abogada Karla Michelle Salas, defensora de Grettel, que “a ojos de la juzgadora, el que Grettel haya sobrevivido es prueba de que el agresor no la quiso matar, ya que nada se lo impedía…”

Aunque la misma sentencia reconoce que, durante el ataque, la yugular de la joven fue cercenada por un corte de arma punzocortante, ésta no fue considerada como una herida grave, sino, según la magistrada, sólo como una lesión que “tarda en sanar más de quince días, con secuelas pendientes por calificar”.

Además, señaló la magistrada en su resolución, “el activo y la víctima se encontraban solos en la sala del predio donde ocurrieron los hechos (…) y es claro que si el inculpado hubiera tenido la intención de cometer el evento criminoso, esto es, privar de la vida al pasivo (la víctima), sin duda nadie se lo hubiera impedido (…), empero, lejos de ello, tras causarle diversas lesiones, pero sin que ninguna de ellas interesara algún órgano vital, decidió por sí solo dejar a la agredida”.

Lesiones menores

Así, concluye la sentencia, si el atacante hubiera querido matar a Grettel, no hubiera desistido de sus ataques con el cuchillo. Este desistimiento, subraya, “corrobora que si el resultado final (el homicidio) no se produjo, no fue por una causa ajena, sino debido a la propia voluntad del inculpado de no consumarlo”.

Por estas mismas razones, alega la juez, tampoco importa que el atacante hubiera huido del lugar, sin brindar ayuda a la víctima, ya que, señala, “las lesiones que sufrió la pasivo (la víctima) no son de las que ponen en peligro la vida”.

“Es decir, resalta la abogada Karla Michelle Salas, “que abandonar a tu víctima luego de apuñalarla no importa, porque tuviste la suerte de no lesionar ningún órgano vital y, por lo tanto, tu víctima no se iba a morir, así que propiamente no requería que la auxiliaras…

“Pero el atacante no sabía que Grettel aún vivía: él la acuchilló en la cara, en el cuello, en las manos, en el abdomen, y luego, creyendo consumado el homicidio, huyó del lugar al escuchar que los padres de la víctima acudían en su auxilio”.

Bajo estos razonamientos, destacó la abogada, el Poder Judicial de la Federación decidió “conceder el amparo y protección de la Justicia Federal” al chef German Alyn, para que no procedan en su contra autos de formal prisión por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa.

Por el ataque a Grettel, su atacante pasó un año y cinco meses en prisión, por el cargo de “lesiones”, y fue liberado el 10 de junio de 2011, tras pagar una multa de 60 días de salario mínimo, como “reparación del daño”.

Mientras tanto, la joven agraviada aún sufre las secuelas del ataque, además de que su rostro quedó permanentemente marcado, con cicatrices que surcan ambas mejillas, una de forma vertical y la otra de forma horizontal.

Según la nota difundida en Primero Noticias, el caso se encuentran actualmente en manos del Tribunal Superior de Justicia de Yucatán, y todavía se está en espera de una resolución.

Además, el caso está considerado por una organización internacional como uno de los peores casos de acceso a la justicia, con perspectiva de género, que pueden ser tomados como parteaguas para saber qué se debe hacer en casos similares.

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