Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- La desconfianza de las autoridades en los contribuyentes ha convertido en un proceso complicado y costoso realizar la contabilidad, lo cual inhibe la cultura fiscal, en la medida que sea más simple y más fácil  cumplir las obligaciones tributarias, se podrá tener mayor número de causantes, señaló el presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Mérida, José Manuel López Campos. 

Consideró que las reformas estructurales como concepto fueron de avanzada, pero tienen que flexibilizarse y acomodarse a lo que es práctico y posible y no a lo deseable. “Un país que no tiene ni el 30 por ciento de personas con un manejo frecuente de internet no puede estar sujeto a cumplir deberes hacendarios por medios electrónicos, esto genera incumplimiento por falta de posibilidades reales de hacerlo”.

Indicó que como cúpula empresarial a nivel nacional, han solicitado a las autoridades que se modifiquen estos esquemas, que se facilite la comprobación de gastos, se amplíe la base gravable y aspiren a tener menores tasas contributivas, porque la comprobación de gastos en México no es una aliciente, sino un problema.

“Los países que tienen un avance y una cultura financiera mejor que México, no se enfocan tanto en la comprobación del gasto sino en el flujo económico de la persona, es decir comprobar que hiciste el gasto y quién recibió el pago, con eso debe ser suficiente para la comprobación. Sin embargo, la desconfianza con la que se manejan las autoridades hacia los contribuyentes ha implicado que la contabilidad se haya vuelto complicada y costosa”, dijo.

Comentó que en la medida en que todos los ciudadanos participen, tendrán la expectativa de alcanzar menores tasas de impuestos para el futuro.

“El impuesto generalizado es un viejo anhelo y una petición antigua de los sectores empresariales, si todos tuvieran que entregar un comprobante, todos serían fiscalizadores del proveedor porque todos necesitarían el comprobante de gasto”, expresó.

Indicó que dejar fuera de la emisión de comprobante a los causantes de menores de ingresos es una política de atracción de más contribuyentes, pero no tiene los niveles de éxito que se esperaba, sino que implica reducir la deducibilidad de personas físicas, lo que generan un incentivo perverso a la informalidad.

Los límites en la deducción de gastos, es un arma de dos filos; porque el límite se puede alcanzar o superar con gasto catastrófico de salud, que no es lo deseable y al ya no ser necesario, el emisor deja de expedir comprobantes.