'Vividor' le robó el corazón... y todo lo que tenía

Enrique A. citó a su novia, de 64 años, en la Riviera Maya. Él nunca llegó al encuentro y aprovechó la ausencia de la mujer para robarle.

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Lo que debió ser un romántico encuentro en el Caribe acabó mal para una mujer de Mérida: el 'enamorado' aprovechó su ausencia para despojarla de sus propiedades. La imagen cumple funciones estrictamente referenciales. (Archivo/Notimex)
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William Casanova/SIPSE
MÉRIDA, Yuc- Una mujer de 64 años y vecina del barrio de Itzimná -quien por vergüenza solicita el anonimato- relata ser víctima de un 'vividor' de nombre Enrique A. (de 34 años) a quien dice conoció en el restaurante Tulipanes, a donde frecuentemente acudía.

Ambos comenzaron una amistad que tiempo después se transformó en romance. Para el mes de noviembre del año pasado, el sujeto le pidió que formalizaran su relación, a lo cual ella accedió. 

Semanas después, el 'enamorado' le contó a mujer que tenía que desocupar la casa que rentaba en la colonia Maya debido a que los propietarios no quisieron renovarle el contrato de arrendamiento. Fue así que la incauta novia le dijo que pasara a vivir con ella. 

La mujer, quien dijo que se dedica a otorgar préstamos, asegura que Enrique la apoyó en su negocio, la llevaba a hacer cobranzas, pagos e inclusive permitió que hiciera las escrituras de unos terrenos que había adquirido en el municipio de Hunucmá, ya que según dijo, es abogado de profesión.

Pero desde finales del mes de marzo, comenzó a notar un cambio en la actitud de su novio. En ocasiones ya no llegaba al domicilio por tres días, frecuentemente usaba como pretexto que tenía pendientes en su trabajo y que saldría tarde o se quedaba a dormir en su despacho.

Todo cambió

El calvario de la mujer comenzó el pasado 22 de julio. Ambos quedaron de verse en la Riviera Maya, donde pasarían el fin de semana. Enrique le dijo que por trabajo la esperaría en Playa del Carmen.

La mujer acudió al paradisiaco destino, sin imaginar que el sujeto se encontraba en Mérida con el tiempo suficiente para entrar a su casa y llevarse lotes de alhajas, dinero en efectivo y escrituras de terrenos que tenía en la caja fuerte.

Al regresar a  Mérida el día 23, la mujer se percató del robo e intentó comunicarse con el 'vividor'. Para su mayor sorpresa, el numero ya no existía y en el domicilio donde se supone que vivía Enrique nadie lo conocía.

Interpuso la denuncia correspondiente hasta ahora, cuando ya no tuvo otra alternativa ante los infructuosos intentos por contactarse con Enrique, que aprovechándose del cariño la despojó de su patrimonio.

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