Yucatán, en ruta a un matriarcado

En tan sólo 20 años, el número de jefas de hogar en el Estado casi se triplicó, al pasar de 39 mil 722, en 1990, a 112 mil 939, en 2010.

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En la actualidad no hay sector en el que no haya incursionado la mujer. (Milenio Novedades)
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Noemí Mayorga/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En dos décadas, el número de mujeres que son jefas de hogar en Yucatán casi se triplicó, al pasar de 39 mil 722, en 1990, a 112 mil 939, en 2010, y hoy conforman una generación que, de acuerdo con sociólogos, perfilan a la entidad hacia un matriarcado.

Investigadores sociales consideran que en cada década surge una generación distinta y, en Yucatán es visible la diferencia en el rol de la mujer, ya que sus atribuciones se han modificado y hoy son las encargadas de la cabeza y sostén económico de sus familias, en un fenómeno que se ha extendido por igual en las casadas, separadas, divorciadas o las que viven en unión libre.

Jorge Pacheco Castro, investigador de la Unidad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán, explica que a partir de la década de los ochenta del siglo XX, las yucatecas se convirtieron en un agente incipiente en la economía y hoy dejaron de ser un "accesorio" y compañera del hombre para ser una importante fuente de ingreso.

De hecho, un factor que detonó el ingreso de la mujer yucateca al campo laboral fue la liquidación henequenera, hace dos décadas.

"Los nuevos estilos de vida potencializan la evolución de la sociedad yucateca hacia el matriarcado. Cada vez más mujeres salen a trabajar, sin importar su nivel de preparación, percibiendo en muchos casos un ingreso económico mayor al de los hombres, convirtiéndose así en las generadoras del ingreso familiar", indicó.

Datos proporcionados a MILENIO NOVEDADES por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) confirman esa tendencia: el censo de 1990 registró 39 mil 722 hogares jefaturados por mujeres. En 2000, la cifra subió a 68 mil 253. El de 2005 aumentó a 88 mil 117 y, el de 2010 reveló que las yucatecas son sostén económico de 112 mil 939 hogares.

Las distintas organizaciones civiles consideran urgente reconocer plenamente los derechos de esas jefas de familia, para lograr su empoderamiento y alcanzar una sociedad con equidad, justicia y desarrollo.

La equidad de género es, con relación a los derechos de la mujer, la garantía de su plena participación, en condiciones de igualdad, en la vida civil, cultural, económica, política y social, así como la erradicación de todas las formas de discriminación que enfrenten.

La protección de las mujeres demanda políticas de Estado y estrategias de actuación encaminadas a abatir la explotación y el acoso sexual, la violencia familiar, la discriminación y la marginación.

Las luces amarillas se encienden debido a que casi la mitad de las jefas de familia están en condiciones de vulnerabilidad, reflejo de su nivel educativo, que explica los trabajos con bajos salarios que desempeñan, la falta de protección y seguridad social.

En zonas urbanas, los hogares son dirigidos por solteras, divorciadas, viudas o abandonadas con buen nivel educativo, lo que les permite obtener altos ingresos que facilitan el acceso a servicios de apoyo en las labores domésticas y cuidado de los hijos, como guarderías y escuelas de tiempo completo.

En el ámbito laboral, las mujeres destinan entre 40 y 45 horas a la semana a sus trabajos, y más de 20 a las de casa, mientras que los hombres ocupan en promedio 53 horas a la semana de actividad productiva, y 12 a labores domésticas.

am/ev

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