Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El registro de impactos de encallamientos en arrecifes mexicanos ocurridos entre 1997 y 2008 coloca a Yucatán en la segunda posición de daños severos ocasionados a esos ecosistemas, pero no es la cifra definitiva, en los últimos tres años, en el Parque Nacional Arrecife Alacranes, se han dañado más de dos mil 300 metros cuadrados… y el problema va en aumento.

El delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), José Lafontaine Hamui, dijo, además, que se debe principalmente a que en otras administraciones no se aplicó la ley, las multas no fueron acordes al daño y tampoco se exigió la aplicación de programas de salvataje para retirar la embarcación o los restos y evitar que sigan causando afectaciones.

“Hay focos rojos”, la suma hasta el momento es de daños a casi nueve mil 500 metros cuadrados, reveló.
En el Arrecife Alacranes, de los encallamientos documentados por la Profepa de 2012 a la fecha, cinco navíos han afectado más de dos mil 380 metros cuadrados de la barrera de coral que protege dicho parque nacional, causando que la erosión natural dañe ese ecosistema.

La cuantificación total no se ha determinado, debido a las condiciones del clima o negativa de los responsables; los restos no han sido retirados en su totalidad.

La Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp) documentó 41 encallamientos que ocasionaron daños en 28 mil 170 metros cuadrados de arrecifes.

Mientras que el “Manual Coordinado de Procedimiento Ambientales, Administrativos y Legales para la Atención Inmediata a los Arrecifes por Encallamientos” precisó que el 71 por ciento del daño se registró en costas de Quintana Roo y Yucatán; el primero con 12 mil 943 y el segundo con siete mil 60 metros cuadrados.

Embarcaciones requieren permiso

Lafontaine Hamui señaló que las acciones en el pasado carecían de contundencia, “uno de los peores encallamientos que ha habido fue de la embarcación ‘El Padrino’ y la multa que se le aplicó fue de 50 mil pesos, a pesar del daño impresionante que acusó en Alacranes, con esas multas es más sencillo que los posible infractores tomen el riesgo de hacerlo”.

Indicó que el reglamento de impacto ambiental establece que las embarcaciones pesqueras, cuando pueden causar un daño a un ecosistema de coral o colonia coralina, requieren de una autorización en materia de impacto ambiental emitida por la Semanart antes de zarpar, así que hay una violación a priori de la ley.

“Independientemente del impacto, la ley prevé un supuesto de intencionalidad haciendo el símil en materia penal de un grado de tentativa, pero no es lo único, en esos casos ha habido daños directos al ecosistema”, subrayó.

Cuestionado sobre los mayores impactos en los últimos años, comentó que hasta el momento son los ocasionados por el “Tabasco 406” y “El Padrino”, por el tiempo que ha transcurrido sin que los navíos fueran extraídos, por lo que siguen causando afectaciones.

“En el caso de ‘El Padrino’ la diferencia es importante, pero en el Tabasco 406, es impresionante, de cerca de mil metros cuadrados; el daño de su impacto fue de 50 metros cuadrados, pero a la fecha suman más de mil 350 metros por el movimiento de la embarcación”, explicó.

Este parque nacional está señalizado, no sólo por el faro cuya construcción validó la Reina Isabel, sino también por boyas, pero además quienes se aventuran a llegar hasta ahí por lo general son capitanes con experiencia, cuyo navíos cuentan con GPS y en su mayoría tienen sonar, el cual les advierte de la proximidad al sitio.