Candelario Robles/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El seguro para “Jefas de Familia” ya beneficia a las primeras 300 mujeres en Yucatán, de las más de 84 mil a las que se busca apoyar en la entidad.

Con el apoyo, cuando las mujeres fallezcan, tendrán recursos del Gobierno Federal para la educación de sus descendientes de hasta 23 años de edad que deseen continuar con sus estudios académicos.

Este viernes, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Mérida (Canacome) solicitó 700 prerregistros para este programa para mujeres trabajadoras de las empresas afiliadas a este organismo empresarial, que buscan contar con este beneficio que promueve el Gobierno Federal, para garantizar el seguimiento de la educación escolar de niños y jóvenes en orfandad de madre.

El presidente de la Canacome, Juan José Abraham Dáguer, precisó que este es el primer paso que se da a una semana de haber anunciado el programa entre las empresas afiliadas a este organismo empresarial, lo cual demuestra el interés de las madres de familia trabajadoras por brindar y asegurar el bienestar de sus hijos.

“Damos respuesta pronta al compromiso asumido con nuestra planta laboral, las empresas y los patrones pertenecientes a la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Mérida para garantizar la seguridad social de nuestros trabajadores, principalmente de aquellas mujeres que son el principal sostén de sus familias”, señaló.

El dirigente precisó que este programa está dirigido a todas las jefas de familia o mujeres en general en situación de pobreza o de vulnerabilidad social, y que con el apoyo del programa cuentan con un esquema de aseguramiento, el cual sirve para que en caso de que fallezcan se incentive el ingreso o permanencia escolar de sus hijas e hijos de hasta 23 años de edad.

Ante el subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Sedesol, Eviel Pérez Magaña, y del delegado de la Sedesol, Miguel Enríquez López, el líder empresarial reconoció que una gran cantidad de madres trabajadoras son quienes se ocupan de la alimentación, educación y vivienda de sus hijos, situación que favorece el tejido social, ya que en la medida en que niños y jóvenes se encaminen a tener un mejor nivel de vida, los índices delictivos y de violencia disminuyen.