Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Ante la falta de espacios para inhumar en el cementerio Xoclán, al que le quedan máximos seis años de funcionamiento, las autoridades municipales consideran que la cremación será la respuesta para solucionar el déficit de tumbas en los próximos años.

El subdirector de servicios generales de Servicios Públicos Municipales (SPM), Luis Jorge Montalvo Duarte, señaló que en la actual administración se construyeron dos mil 800 bóvedas en Xoclán, a las cuales se sumarán mil 300; sin embargo, esto no resolverá el problema de espacios.

No obstante que la cremación parece ser la respuesta para solucionar el déficit de tumbas, el horno incinerador de Xoclán se encuentra desde hace tres meses en mantenimiento para reducir el tiempo de cremación a la mitad; se prevé reactivar hasta enero de 2015. En este periodo se dejará de ofrecer 100 servicios.

En este cementerio se concentra el 90 por ciento de las inhumaciones que se realizan en Mérida; actualmente, cuenta con 31 mil 665 bóvedas, a las cuales se sumaron las nuevas construcciones. En el lugar, con una extensión de 12 hectáreas, se ofrece el servicio de cremación desde hace más de 30 años, pero en 2006 se adquirió un equipo moderno y ecológico que remplazó al primero.

“Aunque la gente sigue prefiriendo la inhumación, en especial por cuestiones religiosas, las incineraciones serán la solución ante la inminente falta de espacios que habrá en unos años.

En tanto, garantizamos la construcción de las bóvedas hasta la conclusión de esta administración porque cuando la recibimos sólo tenía 70 disponibles, que alcanzarían para 15 días máximo; tuvimos que resolver el problema de inmediato”, recordó Montalvo Duarte.

El funcionario destacó que como parte de las acciones se construyeron 200 bóvedas en 11 comisarías en las que ubicaron disponibilidad de tierra. Reveló que tienen un proyecto para recuperar aquellas que están en mal estado para rehabilitarlas y ponerlas a disposición.

“El crematorio está en mantenimiento, se requiere más de dos toneladas de concreto refractario, que aguante las altas temperaturas porque en las condiciones que estaba ya se tardaba en completar el proceso.

Estará listo en enero para empezar el servicio con óptimas condiciones, con esto se reduce la mitad de tiempo de cremación, pasa de tres a hora y media, y aumenta el tiempo de vida del equipo”, apuntó.

De acuerdo con el personal del cementerio Xoclán, el incinerador no opera desde hace tres meses por las labores de mejora. En el lugar se ofrecen en promedio de 15 a 20 servicios al mes. 

Además de los servicios prestados por el Ayuntamiento de Mérida para el “descanso” de los fieles difuntos, las iglesias ofrecen el servicio de renta de criptas para urnas de restos incinerados.

Un recorrido por las tumbas

Este año se activaron los recorridos nocturnos en el Cementerio General los miércoles y durante las veladas del programa “Noche Blanca”, a las 20:00 horas.

La caminata tiene una duración de una hora y la entrada es gratuita. Wilbert Isaac Sosa Gutiérrez es la persona que conduce a los grupos por las edificaciones de tipo neoclásico, ecléctico, griego, gótico o afrancesado, de cantera, granito o piedra, que son comunes en el Cementerio General de Mérida, sitio histórico que “narra” la vida de los meridanos en los últimos 200 años y que ahora forma parte de un recorrido turístico nocturno.

Creado a raíz de un decreto del rey Carlos III este camposanto ofrece en muchas de sus estructuras mortuorias en forma de mausoleos, bóvedas, osarios, palomares, una reminiscencia de la vida porfiriana, la bonanza generada por el henequén, la lucha del primer gobierno socialista del mundo o la historia sindical en Yucatán.

Los recorridos iniciaron el 8 de octubre de este año.

Historia

• El cementerio Xoclán fue construido durante el gobierno de Francisco Luna Kan para satisfacer la demanda de los siguientes 45 años, y ya lleva 32. Los más recientes son el Panteón Florido, Jardines de la Paz y Chuburná.
• Le sigue en tamaño el Cementerio General, el cual se fundó en 1821 en la exhacienda Xcoholté. 
• Antes, los entierros se hacían en un cementerio que estuvo donde ahora se ubica la plaza de Santa Lucía; la calle 60 cruza sobre lo que fueron tumbas de los yucatecos del siglo XVIII.

Declaratoria, un escudo contra actos vandálicos

Por otro lado, tras la declaratoria de Patrimonio Cultural del Cementerio General, aprobada en 2013 por iniciativa de integrantes de la Asociación Yucateca de Especialistas en Restauración y Conservación del Patrimonio Edificado, A. C. (Ayerac), los saqueos y actos vandálicos disminuyeron.

De acuerdo con Limberg Herrera Balam, presidente de la asociación, en la actualidad el área jurídica del Ayuntamiento afina detalles sobre instalación de cámaras de seguridad y otros aspectos propios de la distinción.

En tanto, el modelo de trabajo que implementó Ayerac fue reconocido por los gobiernos de México y de otros países, por lo que será replicado para que otros cementerios obtengan el reconocimiento.

El especialista afirmó que la seguridad se reforzó en la zona, por lo que las prácticas de saqueo de rejas, esculturas o actos vandálicos se redujeron de forma considerable por la presencia de la Policía.

Explicó que en la actualidad, el grupo conforma un inventario sobre las piezas del camposanto, como parte del proceso para elevar el rango a Zona de Patrimonio Cultural del Municipio de Mérida.

El también titular del Comité de Arquitectura y Espacios de Cultura Funeraria del Comité Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, de la sigla en inglés International Council on Monuments and Sites) informó que dicha declaratoria deberá ser respaldada y rubricada mediante decreto por la Presidencia de la República.

El Cementerio General de Mérida, uno de los más antiguos del país, con más de 25 mil bóvedas, osarios y mausoleos que forman parte del acervo arquitectónico y cultural del sitio, está en proceso para ser declarado Zona de Monumentos Históricos con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Detalló que dicho sitio posee características únicas, irrepetibles e inalienables que lo hacen diferente a otras zonas y panteones del municipio. Tiene forma irregular, con una superficie de 150 mil 956 metros cuadrados en los perímetros.

Indicó que se consideran como elementos urbanos arquitectónicos del Cementerio General las edificaciones de las diversas épocas, como son mausoleos, osarios, bóvedas y nichos, entre otros.

También elementos del mobiliario urbano, las pervivencias de previas modernidades y los elementos escultóricos simbólicos como cruces, representaciones marianas y de santos, ángeles, libros, instrumentos musicales, flores, imágenes familiares, emblemas o escudos familiares, profesionales, gremiales y laborales, inscripciones funerarias, entre otros.

Es decir, todos ellos objetos que ayudan conformar la cultura, el ambiente y la memoria de una comunidad, y que, por tanto, quedan protegidos con la declaratoria.

El Cementerio General de Mérida comenzó a operar en 1821 en terrenos de la estancia ganadera Xcoholté, entonces ubicada a la vera del Camino Real a Campeche, por lo que ha acumulado en casi dos siglos una historia rica en personajes inhumados y edificaciones.

Recursos especiales

• La declaratoria permitirá a este panteón obtener recursos del fondo especial para Zonas de Monumentos Históricos del INAH, la cual tiene catalogados en su haber sitios como San Cristóbal de las Casas, Chiapas; la comunidad de Comala, Colima, y el Centro Histórico de Campeche.
• ”El 14 de marzo 2013, el pleno del Cabildo del Ayuntamiento de Mérida declaró Zona de Patrimonio Cultural al panteón, con el compromiso de formular en tres meses un plan de manejo que permitiera trabajar en la conservación y restauración del sitio, el cual aún está en proceso”, dijo Limbergh Herrera. 
• Como parte de sus objetivos, la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH puede apoyar la consecución de financiamientos y apoyos interinstitucionales para las investigaciones en materia de monumentos históricos bajo resguardo del Instituto.