José Salazar/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Con el fin de probar la resistencia que presentan las hembras del mosco Aedes aegyti, vector del dengue y chikungunya, a los efectos de algunos insecticidas, repelentes y cómo reaccionan ante las mallas mosquiteras, en la Unidad Colaborativa para Bioensayos Entomológicos del Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Uady opera un “laboratorio insectario”.

En ese sitio los investigadores del laboratorio, a cargo de Pablo Manrique Saide, realizan experimentos con los insectos criados ahí y otros capturados en campo.

Señaló que actualmente en el mercado, gran cantidad de insecticidas y repelentes tienen una eficacia limitada contra los mosquitos debido a la resistencia que éstos han generado a esos productos.

“Aquí es como una fábrica de mosquitos; nosotros lo que hacemos es recolectar hembras en campo, en distintas colonias de Mérida y el interior del Estado. Ponemos unas trampas donde ponen sus huevecillos, los traemos al laboratorio y los ponemos en agua para que nazcan las larvas”, explicó.

“Las larvas son alimentadas hasta que se convierten en pupas que posteriormente se colocan en un lugar donde se convierten en mosquitos adultos”, prosiguió.

“Estudiamos la resistencia y que tan susceptibles son a los insecticidas y repelentes de distintas localidades, también se hacen estudios de cómo reaccionan con las mallas mosquiteras del proyecto “Vivienda segura”. Además hacemos trabajos para empresas fabricantes de insecticidas y larvicidas probando su efectividad antes de que salgan al mercado”, puntualizó.

La metodología se basa en probar los productos con moscos de sepas susceptibles criadas en laboratorio y con moscos capturados en campo para tener la certeza que son efectivos para matar a cualquier tipo de estos insectos.

El laboratorio insectario, que se encuentra a cargo de los biólogos Anuar Medinay José Vadillo es una unidad móvil ubicada en el mismo terreno de la Unidad Colaborativa para Bioensayos Entomológicos donde se mantienen a las colonias de mosquitos.

Este lugar se encuentra estrictamente protegido, con doble malla y absoluto aislamiento para un adecuado estudio de los mosquitos.