¿La última y nos vamos? Acaban las cantinas solo para hombres

Diversos negocios cambiaron de giro a bares o restaurante mixto debido a la globalización y la moda de los <i>millennials</i>.

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Tres de cada cuatro de las cantinas tradicionales cerraron sus puertas para reabrirlas con un nuevo concepto de moda.(Archivo/SIPSE)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La globalización, la equidad de género y la población foránea que estableció su nueva residencia en Mérida, de tres años a la fecha, son los principales factores que ocasionaron que las cantinas tradicionales de la capital yucateca cambiaran su giro a bares o restaurante mixto, dejando a las primeras en peligro de extinción.

El investigador Sergio Grosjean Abimerhi, quien además es autor del libro Anécdotas de las Cantinas de Mérida, precisó que en la actualidad, tres de cada cuatro de las cantinas tradicionales cerraron sus puertas para reabrirlas con un nuevo concepto familiar, donde se permite entrar a las mujeres, no sólo para trabajar, sino como consumidoras.

“Estos cambios se iniciaron en 2012; sin embargo, en el último año el cambio es muy notorio”, recalcó el entrevistado.

Recordó que en las cantinas de antaño estaba estrictamente prohibido el acceso a las mujeres. Incluso, algunas tenían en la entrada un letrero en señal de prohibición.

Mencionó que, como negocio, los empresarios del ramo comprobaron que es mejor tener a ambos sexos como clientes, y va de la mano con los temas de equidad de género que se impulsa desde el ámbito legislativo.

“Algunos hombres toman a mal este cambio, ya que es algo tradicional que existan estos lugares donde podían ir, hacer libremente lo que considere, hablar en tono fuerte, jocoso, rojo o vulgar, en cambio ahora tienes que tener más cuidado de cómo te expresas y qué dices. Esto ha sido parte de la transformación del mundo, no sólo en Yucatán”, indicó. 

Entre los cambios de esos negocios, ahora los jóvenes prefieren ir a un bar mixto o “nueva cantina” a empezar la fiesta o comer desde el medio día cuando antes sólo lo hacían en las noches.

Sergio Grosjean sostiene que en unos cinco o siete años regresará el concepto de las cantinas tradicionales, “una vez que haya pasado la tendencia juvenil de los millennials”.

“Antes había el salón familiar y la parte del bar para hombres dentro de las cantinas, como propuesta para los empresarios, podrían existir un tipo de cantinas tradicionales donde una parte sea para mujeres, otra para hombres y otra mixta, porque también las mujeres tienen derecho a su espacio y les gusta hablar en un tono poco cordial para un hombre y es válido”, comentó. 

Otro cambio significativo, indica, es que “las cantinas tradicionales son como cofradías, lo que allí se conversa, ahí se queda, no sale de las fronteras, pueden emborracharse, caerse o tirar las cosas y de ahí no pasa, en el nuevo concepto no es así, porque no hay un ambiente tan compenetrado entre todos. En una cantina todos se conocen y siempre habrá con quién conversar; en lo nuevo, cada quien llega y está en su grupo”. 

En estos negocios tradicionales, los cantineros acostumbran a socorrer en caso de necesidad psicológica, es el terapeuta con quien se desahogan los hombres, en ocasiones, los encuentras leyendo el periódico detrás de la barra para tener temas de conversación, ahora, en los bares mixtos fungen como bar tender y servidores, dejando el vínculo afectivo con los clientes. 

Como teoría, Sergio Grosjean afirma que “estos nuevos conceptos tienen ciclo de vida muy corto. Hay cantinas que cierran después de más de 60 años, las reabren con esta transformación, viven seis meses así, las cierran y las vuelven a abrir con otro nombre o imagen, es un ciclo inestable para los que decidan abandonar la cantina tradicional, ya que es muy difícil que una persona se haga cliente asiduo o visitante que se apropie del lugar”, apuntó. 

Ni botana, ni música tradicional

La capital yucateca es testigo de la paulatina extinción de sus antiguas cantinas, que aún perduran en las generaciones de yucatecos que recuerdan la tradicional botana, como frijol refrito, papas y pepino, pepitas y cacahuate, kibis y zanahorias.

Hoy, de acuerdo con un recorrido, ya no es posible degustar de chicharrones y charritos, ya que en los nuevos conceptos la comida se vende a la carta o ya se ofrece en el menú hasta pizzas y hamburguesas.       

Y en cuanto a la música, la cantina tradicional con sus canciones regionales mexicanas y cumbias cedió la estafeta a bares en los que abundan los éxitos contemporáneos, en su totalidad reggaetón y electrónicas.

En cuanto a la imagen y diseño visual del lugar, las excantinas ahora se proyectan con personajes de la cultura mexicana como la Catrina, El Santo y Frida Kahlo.

La vida bohemia en el centro histórico

El giro que ofrecen los nuevos bares y las cantinas que se transformaron ha contribuido a que las personas, desde diferentes zonas de la ciudad, se acerquen al Centro Histórico de Mérida, principalmente a los jóvenes que no acostumbraban a estar por esos rumbos, menos de noche.

Esteban Cámara Bojórquez, director municipal de Gobernación, consideró que “no afecta el cambio de giro de las cantinas tradicionales a bares. Al contrario, ha favorecido en demasía al turismo nacional y a que las personas regresen a divertirse a puntos del Centro de la ciudad que estaban vacíos y lúgubres”.

Lo principal, comentó Cámara Bojórquez, es que “ni los mismos cantineros tradicionales que siguen con su negocio funcionando se ven afectados, ni resulta una baja importante de ganancia para ellos, ya que los horarios no chocan entre sí, además de que ya tienen a su clientela de a diario siéndoles fiel, y al final, resulta difícil que se acabe, hay mercado para todo. Nosotros, como Ayuntamiento, vemos con buenos ojos este cambio porque contribuye al desarrollo y embellecimiento de la ciudad”.

Acerca de la decoración que se usa actualmente en los bares y a manera en la que atraen al sector joven, puntualizó que “es una tendencia que los publicistas trabajan hoy en día con los propietarios de estas cantinas, el usar personajes de la cultura mexicana para hacer un tipo de branding de la empresa y darles identidad propia, en ocasiones jugando con el nombre del lugar o con personajes”.

La seguridad en Mérida es otro de los rubros que se ha incrementado junto con el crecimiento de bares juveniles en la zona, debido a que a altas horas de la noche aún se sitúan jóvenes de ambos sexos por las calles del Centro Histórico y Santiago. Inclusive, se ha aumentado el número de antimotines que patrullan en turnos nocturnos en esas inmediaciones para ayudar a que la sensación de peligro esté desapareciendo. 

“El Ayuntamiento está en constante seguimiento de las actividades que este tipo de nuevas cantinas realizan periódicamente, en apoyo les damos difusión o hacemos convenios para trasladar actividades culturales a esos lugares, como es el caso de La Noche Blanca”, apuntó. 

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