Nutrida procesión de fieles en la clausura del Año Jubilar

Asistentes de varios municipios llevaron mantas con el nombre de su parroquia, en la peregrinación de la iglesia de Monjas a la Catedral.

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Fieles y sacerdotes participaron en la procesión que salió de Monjas rumbo a la Catedral para la clausura del Año Jubilar. (Milenio Novedades)
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William Sierra/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Acaba el Año Jubilar pero la misericordia del Señor es eterna, nunca puede terminar porque Dios es esencialmente misericordioso, es decir, es un atributo de Él y por consiguiente si el hombre fue creado a imagen y semejanza de su Creador, la misericordia está presente también en la naturaleza humana, expresó el Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega en Catedral, con motivo de la misa diocesana de clausura del Año de la Misericordia.

“Podemos afirmar que el hombre se humaniza al ejercer la misericordia y, por el contrario, se deshumaniza cuando no actúa en él”, abundó.

Una hora antes de la ceremonia cientos de feligreses se reunieron en la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación (Monjas) de donde salieron en peregrinación hacia la Catedral. En la columna de más de tres calles se podía observar a fieles de varios municipios que llevaban mantas con el nombre de la parroquia de donde provenían, también participaron varios grupos apostólicos. 

Al final de la columna siguieron más de un centenar de sacerdotes de toda la diócesis y al final Mons. Rodríguez Vega, quien al llegar a Catedral se dirigió a la Puerta de la Misericordia, mientras los asistentes entonaban el Himno del Jubileo. Una vez atravesado el umbral, ante el prelado procedió a realizar el rito de clausura.

En su homilía, el Arzobispo señaló que en el Año Jubilar de la Misericordia miles y millones de personas se acercaron a Dios arrepentidos de sus pecados, pero confiando en su misericordia infinita.

“¿Cuántos serán los que se habrán convertido abrazando la fe o reencontrándose con Cristo? Sólo Dios lo sabe, pero seguramente la lluvia abundante de su misericordia ha hecho germinar nueva vida en los corazones de muchos en el mundo. A todos seguramente nos deja más fortalecidos en la confianza en la misericordia divina y en el compromiso de ser misericordiosos como el Padre”, señaló.

También recordó que en cada una de las diócesis de esta provincia eclesiástica hubo una semana de misión sacerdotal, durante la cual cinco sacerdotes de cada una de ellas se hicieron presentes visitando a los enfermos, a los presos y a los pobres.

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