Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Para comprobar que el espíritu altruista de la humanidad es un común denominador en el mundo y que para ser feliz hay que acumular experiencias y habilidades, el joven ruso de 21 años, Yasik Smirnoff ha recorrido -a veces descalzo, sin dinero, ni celular- 107 países.

En los próximos dos años, pretende sumar más naciones de Sudamérica, aunque su sueño es visitar todos los países de la tierra y si la vida le alcanza, pisar la Luna. En algunas ciudades ha compartido su experiencia en conferencias, por lo que en su estancia en Mérida, está abierto a participar en cualquier foro que lo inviten.

“La vida es para ser feliz, deja de ser miedoso y muévete, haz algo nuevo cada semana, no hay excusas para no hacerlo; en la vida hay que coleccionar habilidades, amigos, experiencias, no dinero, la vida es corta, de pronto llega la muerte y te vas sin haber experimentado la vida.

El tiempo es valioso, puedes hacer lo que quieras, pero ahora, muchos pasan más horas en el Facebook que luchando por sus sueños”, reflexionó.

En entrevista, acompañado de su anfitrión, Fernando Curi, el viajero recordó que desde hace tres años y ocho meses comenzó su travesía en China, desde donde se fue trasladando en aventones en todo tipo de transporte, incluso barcos.

En este punto de su recorrido, dice que México es uno de los mejores países que ha conocido, y no está de acuerdo con la imagen negativa que se tiene en exterior. Incluso reveló que está considerando establecerse en el país en los próximos años.

Al principio su objetivo era ser la primera persona en recorrer, desnudo, el mundo con lo mínimo elemental para vivir, sin dinero, sin celular, sin tienda de campaña, sin internet, sin mapa. Los primeros 90 países estuvo sin computadora hasta que en una de sus visitas a México, le obsequiaron, en Nuevo León, una laptop.

Hace 'locuras'

Tres de los 107 países los recorrió completamente desnudo; posteriormente decidió continuar vestido debido a los problemas que enfrentó con las autoridades de diferentes culturas. La única tecnología con la que cuenta es con una cámara fotográfica y recientemente la computadora.

Todo el viaje lo ha documentado y a finales del año pasado comenzó a compartir la experiencia a través de una cuenta de Facebook Yasik Smirnoff, en la que publica fotografías y mensajes cuando tiene la oportunidad de conectarse a internet.

En esta travesía ha tenido cientos de empleos, se ha bautizado en siete religiones, ha vivido en comunidades urbanas y rurales y tiene descendencia en 11 países, por donación de esperma, debido a su convicción de que sus genes trasciendan, ya que el proviene de una familia pequeña, y es hijo único.

En cada lugar que visita, procura hacer algo “loco” y algo “extremadamente loco”, por ejemplo saber qué se siente introducir un clavo en la nariz y escalar un volcán, en el que cayó accidentalmente.

En su travesía ha superado la malaria, un estado de coma -que no explicó cómo le sobrevino- y una serie de cortadas, quemadas y golpes; todo lo ha superado gracias a la ayuda de la gente.

El joven es físico de profesión, comenzó el viaje cuando quiso responder cuestiones existenciales tales como, qué es la vida, cuál es su objetivo, de dónde venimos y hacia dónde vamos. De esta manera ha madurado y resuelto las preguntas conociendo amigos en todo el mundo.

La huella de Yasik Smirnoff

• Para quienes deseen conocer el  trayecto y trabajo de Yasik Smirnoff, pueden encontraron en su perfil de Facebook.
• En Mérida está hospedado con un couchsurfer, es decir un miembro de la red couchsurfing para viajeros que hospedan a otros y éstos a su vez devuelven el favor a ese u otros viajeros.
• El mail para contactarlo es [email protected] (ainfitrión) y [email protected] (Yasik)