Cristianos de Medio Oriente claman por ayuda y oración
El religioso ejerce su ministerio en Irak y pide dar a conocer las atrocidades que se cometen contra los fieles en zonas de conflicto.
Joel González/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Cuatro puntos importantes en apoyo a los cristianos perseguidos en Irak destacó en su testimonio el presbítero Luis Montes: orar por aquellos que sufren, dar a conocer lo que está pasando en Medio Oriente, aportar ayuda económica e intentar ser mejor, evitando enfrentamientos innecesarios con nuestros semejantes.
Los Caballeros de Colón y la Arquidiócesis de Yucatán organizaron la plática “Persecución de los cristianos en el Medio Oriente hoy”, la cual tuvo lugar luego de la celebración litúrgica de las 19:00 horas en la parroquia María Inmaculada.
El evento forma parte de una serie de conferencias en territorio mexicano promovidas por la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada, que tienen como fin dar a conocer lo que sufren los cristianos en Medio Oriente y la respuesta que dan con perdón, paz e incluso con gozo.
El religioso que brindó la charla, es desde hace un mes el director espiritual del seminario de la ciudad iraquí de Erbil, en respuesta a la solicitud de ayuda en la preparación de seminaristas, por encargo del Patriarca católico caldeo, Luis Rafael I Sako.
Durante su mensaje, el sacerdote recordó que constató las masacres en esa región desde su llegada en 2010 a Bagdad, donde cinco años estuvo como párroco de la Catedral Latina de San José (de rito latino).
Aseguró que en Erbil llegan a ser más de cien los atentados en un mes contra cristianos y refugiados islámicos, personas con las trabajó durante año y medio.
“Solo dando a conocer las atrocidades que vive esta gente se podrá lograr el apoyo para estas familias tan necesitadas”, puntualizó.
El presbítero Montes pertenece desde 1988 a la fundación argentina Instituto del Verbo Encarnado; luego de su ordenación en 1996 se trasladó a un pueblo cerca de Belén en Tierra Santa, luego de seis años fue asignado al Santuario Mariano en Jordania, y un año después se trasladó a Egipto, donde permaneció durante seis años y medio.
Terminado su mandato Provincial su amor hacia el pueblo iraquí lo llevó finalmente a Bagdad.