La mitad de los casos de mediación, por problemas familiares

En siete años, los conciliadores se han profesionalizado hasta contar con la más alta norma de certificación de eficiencia de gestión.

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El CESC obtuvo hace dos años la certificación ISO9001:2008, siendo la única área del Poder Judicial del Estado con este logro. Imagen del magistrado Marco Celis acompañado de la directora del centro, Elma Gabriela Ávila Miranda. (Milenio Novedades)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- A siete años de su creación, el Centro Estatal de Solución de Controversias (CESC) del Poder Judicial del Estado de Yucatán, encargado de resolver asuntos de todas las materias a través de la conciliación y mediación entre las partes, se ha profesionalizado hasta contar con la más alta norma de certificación de eficiencia de gestión.

Además, se ha consolidado como una opción cada vez más útil para la sociedad y para el sistema de justicia, al lograr soluciones que ayudan al restablecimiento del tejido social e impulsan una cultura de paz, señaló Elma Gabriela Ávila Miranda, directora del Centro.

Para dar una idea de la importancia del CESC, conocido como Centro de Mediación del Poder Judicial, de 2010 a 2016 se realizaron más de 26 mil orientaciones y asesorías iniciales, que son la primera fase para la atención de asuntos, ya sean estos canalizados a través de los propios juzgados, que siempre dan esta opción a las partes, o directamente solicitados por los involucrados en algún conflicto, incluyendo sistema tradicional, ejecución y sistema acusatoria oral, además del especializado para adolescentes.

En cuanto a entrevistas iniciales y complementarias, que es la primera fase del proceso, los mediadores del Poder Judicial del Estado llevaron a cabo 51 mil 754.

El Centro de Mediación del Poder Judicial recibe muchos casos familiares, ya que del total de expedientes iniciados, 51 por ciento corresponde a esta materia, seguida por la civil con 21 por ciento y los asuntos mercantiles y penales representan un 11 por ciento cada uno.

El CESC ha alcanzado una calidad de gestión importante. Hace dos años obtuvo la certificación ISO9001:2008, siendo la única área del Poder Judicial del Estado con este logro.

“Iniciamos operaciones en 2010 al amparo de las reformas constitucionales de 2008. Actualmente tenemos oficinas en Mérida que incluyen nuestra central que se ubica en el centro, además de los juzgados penales tradicionales y orales en el Centro de Justicia Oral de Mérida, de ejecución de sanciones penales y en el Centro de Justicia para las Mujeres”, explicó Ávila Mirand. 

Agregó que en el interior del estado tenemos en Umán, Progreso, Ticul, Tekax, Valladolid y Kanasín. Aunque no hay una oficina como tal, colaboramos con los juzgados de Izamal, Tizimín y Motul, expuso.

En una entrevista, resaltó que el Centro de Mediación también atiende casos penales para llegar a acuerdos reparatorios en el nuevo sistema y colabora con la Fiscalía estatal en relación a diversos asuntos, entre ellos las denuncias por incumplimiento de obligaciones familiares, las cuales son canalizadas para el seguimiento de divorcio, custodia, pensión, días y horas de visita, en este caso es el mediador del Poder Judicial quien se encarga de dar el trámite correspondiente.

Confianza ciudadana
  • Los indicadores que se miden para determinar la eficiencia del Centro son, entre otros, confianza ciudadana, y de respuesta entre las partes, eficiencia laboral y avance hacia la cultura de la paz.

Mediadores

Pese a su modesta capacidad, el Centro realiza, además de sus funciones sustantivas, un trabajo educativo importante.

“Damos pláticas en las escuelas, en parques, en oficinas municipales del DIF, incluso en nuestros juzgados. Los mediadores salen a ofrecer información porque todos tenemos problemas y les explicamos a las personas que la comunicación y la verdad son la mejor manera de resolver un conflicto”, explicó la directora del Centro de Mediación del Poder Judicial, Elma Gabriela Ávila Miranda.

Admitió que el trabajo de los mediadores y facilitadores es complejo, ya que la gente llega molesta y dispuesta a pelear, pero al final, después de las pláticas y conforme avanza el proceso, empiezan a cambiar sus ánimos, lo que permite llegar a los convenios, que son la fase final del proceso.

Recordó que todos los convenios a los que las partes llegan con el apoyo del Centro tienen carácter legal.

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