En Primaria no reprueban, aunque no aprendan

Con el Acuerdo 648, los estudiantes de primaria no pueden ser reprobados aunque falten o no aprendan a leer ni escribir.

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En primaria se aplica el sistema de acreditación y promoción. (Milenio Novedades)
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Itzel Chan/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- A casi cuatro años de la aplicación del Acuerdo 648, que impide la reprobación de alumnos de primaria, las autoridades educativas no tienen parámetros de los estudiantes que se forman en ese programa y, al menos en Yucatán, se mantendrá un ciclo más para tener referencias y observaciones en este tema.

Julio César Mijangos Noh, jefe del servicio de registro y certificación en la Secretaría de Educación del Estado de Yucatán (Segey), recordó que, por ese acuerdo, los alumnos de primaria no pueden reprobar aunque falten o no aprendan a leer ni escribir.

El sistema que se aplica en las nuevas generaciones de yucatecos se denomina acreditación y promoción: la primera hace referencia cuando el alumno obtuvo en todas sus materias calificaciones aprobatorias, pero en caso de reprobar una o más, es el docente quien se encarga de decidir si es promocionado o no, es decir, si es posible que pase al siguiente grado académico.

En segundo y tercer grados, los alumnos sólo pueden ser reprobados en una ocasión.

Si un alumno fue reprobado en segundo grado, ya en tercero, aunque haya obtenido bajas calificaciones, debe ser “promocionado” a cuarto grado.

En este sentido, las autoridades educativas desconocen si ha funcionado este mecanismo, ya que aún está en proceso de evaluación este criterio.

“Ahora se está en una etapa de análisis, sobre todo en los alumnos de segundo y tercer grados; evidentemente, en el caso de primer grado el índice de reprobación se ha anulado, por tanto, ya no existe. De acuerdo con las posibilidades tenemos que esperar por lo menos tres años para tener resultados concretos; será para el próximo año cuando tengamos conclusiones específicas”, indicó Mijangos Noh.

El acuerdo propuesto por la Federación fue anunciado desde 2012 y un año después sólo sufrió una modificación.
Mijangos Noh comentó que tras las evaluaciones que se realizan y los resultados que se lleguen a obtener, este acuerdo podría ser ratificado, modificado o cambiado.

“Las disposiciones en cuanto a la acreditación y promoción de alumnos se establecen a nivel nacional, aunque en los estados se pueden hacer ciertas adecuaciones, mientras que no se salgan de un contexto general”, añadió. 

Polémica

La disposición federal de que los niños y adolescentes en vez de reprobar sean “promocionados” automáticamente al siguiente curso lectivo no aún no convence a docentes, investigadores y padres de familia de la entidad. 

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) levantó encuestas durante 2012 a profesores con más de dos décadas de experiencia para saber qué opinan al respecto y resultó que al menos uno de cada cinco están en desacuerdo, pues no es una garantía de que los alumnos mejoren cuando no reprueban.

En la encuesta, al menos 800 docentes de Yucatán opinaron que el país no cuenta con los recursos financieros ni un sistema educativo similar al de países en los que han establecido esta modalidad.

El IMCO establece como opinión general de los maestros que si el alumno no adquirió todos los conocimientos durante un grado, es un hecho de que le costará comprender los contenidos del siguiente grado al que fue promovido, por tanto, prevén que la deserción escolar se presente años más adelante, ante la falta de conocimientos básicos.

En este sentido, plantean como un rezago de conocimientos lo que puede estar pasando en esta generación, es decir, alumnos que no repiten grado, pero que no avanzan en conocimientos.

Repetición propicia la deserción, dice OCDE 

Cuando un alumno reprueba en más de una ocasión se encuentra en la antesala de la deserción, según justifica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la instancia económica internacional que sugirió la implantación de ese modelo educativo en México.  

La OCDE realizó un estudio en 2012 en el que estableció que cuando un alumno repite el mismo grado escolar en más de una ocasión se vuelve un candidato a abandonar la escuela.

“Tiene sentido este análisis, ya que los docentes han identificado que cuando se trata, por ejemplo, de alumnos que deberían estar en cuarto o quinto y están con niños de tercero, ellos se aíslan porque son más grandes, por tanto, su desempeño social y académico ya no es satisfactorio del todo”, indicó Julio César Mijangos Noh, jefe del servicio de registro y certificación en la Secretaría de Educación del Estado de Yucatán (Segey).

Y de acuerdo con Elena Cámara Díaz, directora de la Universidad Pedagógica Nacional (UNP) en Mérida, para que un alumno deje la escuela actúan varios factores, y en ocasiones, al influir en conjunto, el alumno abandona la escuela con mayor rapidez.
“A veces se trata de problemas familiares, ya sean económicos o emocionales, en los que se incluye maltrato o la falta de cuidado”, señaló.

Hay otros problemas, de salud, ya que en ocasiones a los padres de familia y a los docentes les lleva tiempo identificar cuando a los alumnos les cuesta ver o escuchar. 

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