Organillero deja su carrera de comunicación para viajar por México

Con temas para todos los gustos los organilleros imprimen alegría en el Centro de Mérida.

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El organillero Víctor Maya alegra con su singular instrumento las calles del Centro de Mérida.
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Nalleli Calderón/ Milenio Novedades 
MÉRIDA, YUC.- Al sonido de la melodía“New York, New York” que hiciera famosa Frank Sinatra, el organillero Víctor Maya, de 36 años y oriundo de la Ciudad de México, alegra las calles de los alrededores del Centro Histórico de la ciudad, desde hace semana y media.

Mientras tocaba su organillo portátil, platicó que es primera vez que visita la ciudad de Mérida, antes recorrió diversos espacios públicos y calles de su ciudad natal, luego viajó a Tijuana y ahí decidió que la Ciudad Blanca sería su siguiente punto.

Víctor no viaja solo, lo hace con tres compañeros más con quienes se turna para compartir el instrumento, el hospedaje y algunas veces la comida.

“Somos parte de una unión de organilleros, en Mérida nos va muy bien llevamos semana y media y estaremos un tiempo más por aquí y hasta ahora nos han tratado muy bien así que nos quedaremos como semana y media más y nos regresaremos a la ciudad de México”, comentó en amena plática mientras le daba vueltas a la manivela metálica de su instrumento.

Según la historia, los organilleros llegaron por primera vez al país en el Siglo XIX, después de cruzar el Océano Atlántico proveniente de Alemania para ubicarse en los salones de la clase rica así como en los circos. En aquellos tiempo, los instrumentos se fabricaban en Alemania, en la actualidad provienen de Guatemala o Chile y, solo se tocaban polcas de éste país.

Sin embargo, para mediados de 1900, con la popularidad que tuvieron, los organilleros comenzaron a tocar música mexicana, canciones de amor y hasta de nostalgia que enseguida enamoraron a más de uno.

A pesar de que en la ciudad, no es común observar organilleros, las decenas de personas que caminaban de sur a norte y en sentido contrario sobre la calle 62 entre 59 y 61, se detenían unos segundos a escuchar la música, hubo incluso aquellos que movieron el cuerpo a su ritmo y los que cantaron la letra de la canción.

El organillo, dijo Víctor “Se dice que es un instrumento que cualquier puede tocar, pero no cualquiera puede cargar, los más antiguos de hace 100 años son unos roperos que solo están en los museos”.

“El instrumento trae un rollo de papel, un fuelle, yo le doy vuelta y pasa por medio de él ingresando aire por cada uno de los huequitos que tiene el papel que son notas, luego se van a los silbatos, es música mecánica, traemos distintos tipos de música”, explicó.

Precisó que desde los 14 años aprendió el oficio de organillero junto con su primo, en la actualidad sabe reparar, darle mantenimiento y afinar el instrumento, sin embargo, estudió la carrera de Comunicación que ejerció por un tiempo, pero decidió dedicarse a la música.

A la fecha dijo, solo le falta conocer el estado de Tamaulipas pues ya recorrió todos los demás.

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