'Lo barato sale caro' al comprar casas de constructoras informales

Kanasín y Umán son los municipios 'más permisivos', respecto a edificación ilegal.

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Yucatán desconoce cuántas constructoras trabajan en la informalidad, pero sabe que Kanasín es uno de los lugares más vulnerables para esto. (SIPSE)
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Patricia Itzá/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- El Estado desconoce cuántas constructoras trabajan en la informalidad, al edificar fraccionamientos que muchas veces no “entregan” a los ayuntamientos, mismos que una vez recibidos, deben hacerse responsables de brindar servicios públicos, sin embargo al quedar sin municipalización, el resultado es una zona habitacional con serios problemas.

Armando Valencia Castillo, presidente local de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) señaló que en la zona metropolitana este problema se presenta más en los municipios de Kanasín y Umán.

Es “más fácil” realizar complejos habitaciones en los municipios mencionados, debido a la escasa vigilancia al momento de la construcción y recepción de las obras, que genera el crecimiento de estos desarrollos con importantes problemas.

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Es responsabilidad tanto de las constructoras como del municipio realizar los trámites para que los fraccionamientos pertenezcan legalmente a las localidades.

Comentó que han detectado que particulares adquieren un terreno y lo dividen para construir viviendas, y a pesar de que inician los trámites de cambio de suelo, pocos siguen el proceso de municipalización, lo que ocasiona consecuencias para los dueños de las casas que no contarán con los servicios públicos necesarios después de la compra.

Lo anterior es perjudicial para los desarrolladores formales: “nosotros cumplimos con un sistema de drenaje, de agua potable, porque si la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (Japay) no tiene líneas en esas zonas, el constructor está obligado a implementar sistemas independientes, como cárcamos, pozos cloradores y plantas de emergencia, entre otros. Además de todo lo que marca la ley, como brindar 30% para las áreas verdes o de esparcimiento”.

Reconoció que en Mérida hay pocos casos con esas irregularidades, ya que las autoridades municipales son más vigilantes y estrictas, de modo que estas “constructoras fantasma” construyen en Kanasín y Umán, sitios considerados “más permisivos”.

El no realizar los permisos necesarios ni los procesos correspondientes ante el municipio, permite ofrecer al constructor una vivienda a menor precio, pero a la larga le costará más caro al comprador, ya que no contará con los servicios públicos necesarios, y cuando los solicite, en muchos de los casos les serán negados, dijo.

“Al no tener gastos (impuestos y permisos) pueden otorgar un poco más de terreno o dar más de construcción, lo que es atractivo para los compradores; pero la realidad es otra, al no tener la infraestructura adecuada, por lo que después viene la carga al municipio, cuando aparecen los problemas como los baches, y aunque paguen el predial y exijan la pavimenten de las calles, la autoridad se lavará las manos”.

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