Francisco Puerto/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Con la puesta a disposición del juez tercero de ejecución de sentencias, el empresario Wafé Kuri Torre vislumbra una leve esperanza para salir del penal antes que concluya su condena en segunda instancia, de 13 años 9 meses de cárcel.

Kuri Torre, el martes pasado, fue llamado detrás de las rejillas de prácticas del Juzgado Primero Penal, a cargo de la juez Rubí Guadalupe González Alpuche (en este lugar se encuentra su expediente), para ser notificado que su caso estaría a cargo del juez tercero de ejecución, Manuel Ek Herrera.

Ayer, el empresario, a través de un funcionario de este último juzgado, depositó sendas fianzas en el Fondo Auxiliar del Poder Judicial, las cuales fueron de 144 mil 540 pesos por concepto de reparación del daño y de dos mil 970 pesos por gastos funerarios, ambas a favor de su suegro, coadvuvante y padre de la víctima, el doctor Ernesto Arceo Mendicuti.

De esta forma, tácitamente el empresario ha aceptado su responsabilidad en el hecho que se le imputa y por ello se aleja la posibilidad que recurra a un amparo directo en contra de la sentencia en segunda instancia, que se dio el pasado 11 de mayo por resolución de la Sala Colegiada Mixta del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

Abogados conocedores en el tema, al saber lo anterior, coincidieron en señalar que Wafé Kuri busca reducir su permanencia en el penal, después de ocho años y seis meses en ese lugar.

Sin embargo, en la sentencia se le negó los beneficios sustitutivos de prisión consistente en trabajo a favor de la comunidad, semilibertad, tratamiento en libertad o multa y condena condicional de la sanción privativa de la libertad.

Lo que no se abordó fue la buena conducta que ha demostrado el reo en todo ese tiempo, así como el ejemplo de superación que ha dado al fomentar fuentes de ingresos en el reclusorio a favor de sus compañeros.

De momento no se sabe si se ha efectuado alguna modificación a la Ley de Ejecución de Sanciones.

Wafé Kuri fue declarado penalmente responsable del delito de homicidio en razón de la relación en agravio de Rosa María Arceo Ochoa, ocurrido el 14 de enero de 2008, en la residencia que la pareja ocupaba en el fraccionamiento Montebello.