Yucatecos olvidan el frijol con puerco del lunes

En muy pocas familias se conserva la costumbre de asignar a cada día de la semana un guiso regional.

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El frijol con puerco es uno de los guisos yucatecos que tenían asignado un día en la semana, y le correspondía el lunes. (whitecityproperties.com)
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Agencias
MÉRIDA, Yuc.- El cronista de la ciudad, Gonzalo Navarrete, señaló que la influencia de otras culturas y los cambios en el modelo familiar tradicional provocan la pérdida paulatina de la costumbre yucateca de asignar a cada día de la semana un guiso regional.

En entrevista con Notimex, recordó que hasta mediados de los años 80 en la mayoría de los hogares yucatecos existía la tradición de cocinar determinado guiso por cada día de la semana.

De tal manera que los lunes se comía en la mayoría de los hogares el frijol con puerco, los martes el chilmole, el miércoles potaje de lentejas, x’pelón o garbanzos.

Los jueves el “tzik de venado” (venado deshebrado), aunque en los últimos años, con la restricción a la caza de esa especie, se empezó a preparar con res, o bien los tradicionales “papadzules”, expuso.

Los viernes era común el pan de cazón o el poc-chuc de puerco, el sábado chocolomo y los domingos era toda una tradición casi obligatoria desayunar cochinita pibil, siguió.

Sin embargo, el proceso de globalización de la economía y la apertura de México ante el arribo de decenas de franquicias de comida rápida han venido a cambiar por completo los hábitos alimenticios tradicionales, expuso el cronista.

“Nos hemos llenado de franquicias de hamburguesas, pizzas, pollo frito y otras comidas que tienen su origen y mayor consumo en Estados Unidos y que sin duda han sido exitosas dentro de los consumidores yucatecos”, apuntó.

De igual modo, siguió, las condiciones económicas “han hecho que la mujer se vea obligada a trabajar para ayudar al marido con los gastos y obviamente eso conduce a que las damas dejen la cocina para buscar una carrera laboral”.

“De tal modo que ahora se come lo que sea más rápido y práctico y si algo tienen los platillos tradicionales yucatecos es que demandan mucho tiempo para su elaboración, por lo que es imposible para muchas familias mantener esa tradición de una comida para cada día”, dijo.

Otro factor que golpea esa costumbre es el arribo de gente de otras entidades a la capital yucateca, misma que trae sus propias costumbres gastronómicas, agregó.

“Si a algo se aferra un inmigrante es a su comida, la comida es una forma de seguir ligado a tus raíces y no sólo se aferran sino que también la promueven en el lugar donde llegan a vivir o incluso hacen de sus platillos típicos un negocio”, indicó.

Por su parte, el nutriólogo responsable del área de Pediatría Infantil del Seguro Social en Yucatán, Julio César Sandoval Ortiz, refirió que la obesidad en los yucatecos tiene muchas vertientes.

El problema “se centra sobre todo en los hábitos de alimentación y eso tiene mucho que ver con la gastronomía de la entidad y la comida rápida”, consideró.

“Los platillos que forman parte de la cultura yucateca son ricos en grasa, carbohidratos y esto se ha transmitido como parte de una costumbre si se toma en cuenta que los lunes aún es tradición en muchos hogares comer frijol con puerco”, expuso.

Ante esa situación, aseguró, “los platillos regionales no deberían desaparecer porque cumplen con su parte de la nutrición”.

Sin embargo, planteó, “las personas deben saber que es importante establecer una medida de dosificación o compensación con otros alimentos menos calóricos para mantener un peso adecuado a su estatura y que conlleve un buen estado de salud”.

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