Autor de tiroteo en Washington era paranoico

Aaron Alexis, el contratista de la Armada, sufría trastornos del sueño.

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Tras el tiroteo en el plantel naval de Washington, solo se permite el paso a personal esencial. (Agencias)
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Agencias
WASHINGTON, D.C.- El contratista de la Armada identificado como el agresor que disparó y provocó una matanza en una instalación naval en Washington padecía enfermedades mentales, incluso paranoia y trastorno del sueño, dijeron autoridades policiales a The Associated Press.

Aaron Alexis, de 34 años, muerto por las autoridades tras realizar la matanza de (hasta ahora) 13 personas , recibía tratamiento desde agosto en la Administración de Veteranos por sus problemas mentales, dijeron.

También había oído voces, agregaron los funcionarios que hablaron con la condición del anonimato debido a que la investigación penal está en curso.

La Armada no lo había declarado mentalmente incapaz, por lo que no se le rescindió un permiso de ingreso que tenía desde su época en la reserva de la Armada.

Familiares suyos dijeron que Alexis recibía tratamiento por sus problemas mentales.

El ataque se produjo en un solo edificio del fuertemente resguardado Astillero Naval, en el corazón de la capital, a menos de seis kilómetros (cuatro millas) de la Casa Blanca y a tres kilómetros (dos millas) del Capitolio.

El Astillero Naval de Washington es un laberinto de edificios y calles en una superficie de 16 hectáreas (40 acres) protegido por guardias armados y detectores de metal, donde los empleados deben mostrar sus identificaciones en los puntos de acceso.

El ataque ocurrió en el Edificio 197, donde se aloja el Comando de Sistemas Navales, que construye, adquiere y da mantenimiento a barcos y submarinos. Unas 3,000 personas laboran en los cuarteles, muchas de ellas civiles.

Episodio de ira

Alexis fue arrestado en 2004 por disparar a los neumáticos de un auto estacionado, en un episodio que él mismo describió como el resultado de un "bloqueo provocado por la ira".

Dos obreros dijeron a la policía que el seis de mayo de 2004 Alexis salió de una casa vecina, desenfundó su pistola de su cintura y disparó en tres ocasiones a las ruedas traseras de su auto. Más tarde, Alexis dijo a la policía que creía que las víctimas le habían "faltado al respeto".

De acuerdo con la documentación del caso en la corte, el agresor fue dejado en libertad con la condición de que no tuviera contacto con ninguno de los obreros víctimas del ataque.

En un comunicado, la policía de Seattle informó el lunes que sus detectives hablaron posteriormente con el padre de Alexis y que él les dijo que su hijo había tenido problemas controlando la ira y que estaban asociados a estrés postraumático luego de que hubiera participado en labores de rescate de víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Control de armas

La mortal balacera ocurrida en el corazón de la capital de Estados Unidos reavivó el debate sobre el control de armas, pero no es posible saber por el momento si lo hará a nivel legislativo, donde los proyectos de ley en ese sentido han caído en la congeladora por la oposición de los que defienden el derecho de estar armados.

La argumentación en favor de un mayor control de las armas de fuego se ha vuelto un asunto complicado. Apenas la semana pasada, los votantes de Colorado destituyeron a dos legisladores estatales que votaron en favor de leyes de control de armas más estrictas. El presidente Barack Obama, mientras tanto, ha sido incapaz de impulsar ese tipo de legislación en el Congreso.

Mientras las oficinas del Senado eran cerradas a los visitantes el lunes luego del tiroteo en el Astillero Naval de Washington (un ex astillero que hoy día es sede de oficinas administrativas de la Marina de Estados Unidos), los legisladores de ambos partidos ofrecieron sus condolencias a las víctimas. La senadora Dianne Feinstein, una de las principales defensoras de la legislación del control de armas, lamentó la "letanía de matanzas".

"¿Cuándo será suficiente?", preguntó la legisladora demócrata. "El Congreso debe dejar de eludir sus responsabilidades y reanudar un debate serio sobre la violencia contra las armas en este país. Debemos hacer más para poner fin a esta interminable pérdida de vidas", agregó.

La séptima matanza

Para Obama, fue la séptima matanza con armas de fuego de su presidencia, y desalentado lamentó el fallecimiento de las víctimas en un mensaje que dio desde la Casa Blanca.

"Estamos enfrentando otra balacera masiva, y hoy sucedió en una instalación militar en la capital de nuestro país", dijo el presidente. "Es una balacera que tuvo como objetivo nuestro personal civil y militar. Ellos son hombres y mujeres que van a trabajar, que hacen el trabajo de protegernos. Son patriotas y conocen los peligros de servir en el extranjero, pero hoy ellos enfrentan violencia inimaginable que no hubieran esperado en casa".

Cuando se le preguntó si la masacre reactivaría su llamado para un mayor control de armas, el vocero de Obama, Jay Carney dijo que el mandatario estaba poniendo en marcha medidas ejecutivas y reiteró su compromiso para reforzar las leyes relacionadas con las armas, como ampliar las revisiones de los antecedentes de los compradores que pretendan hacer una adquisición en internet o en exposiciones. 

"El presidente apoya, igual que la abrumadora mayoría de los estadounidenses, la adopción de medidas de sentido común para reducir la violencia derivada de las armas de fuego", expresó Carney.

La Asociación Nacional de Portadores de Armas (NRA, sus siglas en inglés) se negó el lunes a comentar al respecto.

Motivo y armas

El motivo de la masacre -la peor en una instalación militar en Estados Unidos desde la tragedia en el Fuerte Hood de Texas en 2009, en la que fallecieron 13 personas- se desconoce, dijeron investigadores. Pero el perfil del asesino solitario Aaron Alexis, de 34 años, está llamando la atención. Fue descrito como budista que también tenía arranques de furia, se quejaba sobre la Marina y de ser víctima de discriminación, además de que tuvo roces en 2004 y 2010 con las autoridades policiales, incluyendo dos casos donde disparó.

El agresor portaba tres armas: un fusil de asalto AR-15, una escopeta y una pistola que le quitó a un policía en el lugar, dijeron dos funcionarios que hablaron con la condición del anonimato porque no estaban autorizados a hablar de la investigación que está en curso.

El AR-15 es el mismo utilizado en la matanza de diciembre en la primaria de Newtown, Connecticut, donde murieron 20 niños y seis maestras. Ese tipo arma también fue utilizado en la masacre en un cine en Colorado donde fallecieron 12 y hubo 70 heridos.

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