Acaba sueño cubano: liquidan a pequeños comerciantes

La prohibición de vender productos importados incrementará el mercado negro, advierten especialistas.

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Las tiendas tienen un plazo para liquidar su mercancía o será decomisada por la isla. (Agencias)
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Agencias
LA HABANA, Cuba.- Hace tres años no existían tiendas en Cuba, habituada a la escasez de productos, que vendieran de todo como en el mercado El Curita, una especie de bazar donde se encuentran relojes, cremas, shampoo, lámparas, pegamentos y hasta la camiseta del Barcelona. Pero en tres meses esta bonanza podría parecer un espejismo porque las autoridades prohibieron la comercialización de artículos importados.

La inclusión del pequeño comercio a la isla fue una medida que nació del gobierno de Raúl Castro, quien hace un par de años anunció la apertura económica a las actividades privadas, aunque sin abandonar el socialismo.

Desde entonces algunos isleños se ganan la vida con negocios en los que invirtieron todos sus ahorros, pero con la nueva ley, que podría obligar a cerrar a algunos negocios y hacer que otros sigan funcionando clandestinamente, los microempresarios creen que Cuba caerá en un gran retroceso.

Visiblemente ya se empieza a apreciar que muchas tiendas tienen carteles donde anuncian las liquidaciones de los productos que venden.

Así se expresa Bárbara Pérez, una modista independiente de 52 años, que narró a la agencia The Associated Press, con lágrimas en los ojos, que se encuentra desesperada.

"Nunca pensé que iba a pasar esto, estoy desesperada. Estoy que no duermo porque me pregunto, ¿qué va a pasar? ¿cómo voy a hacer?", inquiere.

El pasado 11 de octubre las autoridades la citaron en una oficina estatal para notificarle la nueva medida, "me trataron bien, me leyeron la nueva ley y me hicieron firmar un papel".

El papel decía lo siguiente: tiene hasta el 30 de noviembre para vender la mercancía que tiene y si no lo logra, "después me la pueden decomisar", señala.

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Medida perjudicial

Desde que Raúl Castro anunció en 2010 la apertura de los pequeños negocios en Cuba unos 436,000 cubanos abrieron sus tiendas.

Entre las reformas aprobadas por Castro están las de compra y venta de autos, vivienda a particulares y que a los cubanos podían viajar al extranjero sin tener que pedir permiso de salida a las autoridades.

Pero desde septiembre pasado el gobierno anunció la prohibición de venta de artículos importados e informó la aprobación de 18 oficios que los cubanos podrán ejercer de forma independiente y que vienen a sumarse a los cerca de 200 aprobados con las reformas de 2010.

Los nuevos oficios aprobados por Cuba son los de chapistero, herrero y fundidor, eliminando la de empresario, tendero y comerciante.

Mas no todos están en contra de las nuevas políticas, como Josuan Crespo, gestor de compra-venta de vivienda, otro de los oficios aprobados.

"Los pasos que hubo hasta ahora, en lo personal, han sido muy positivos", expresó Crespo, ingeniero en ciencia informática de 28 años.

Crespo, que abrió una oficina en la que ayuda a las personas "a hacer toda la gestión de la compra-venta de inmuebles, asistencia en trámites legales y publicidad", es de los pocos beneficiados con las medidas.

En contraparte, Pérez recuerda que cuando abrió su negocio hace tres años, "los primeros once días no vendí nada, me decían que la ropa era 'chea', (pasada de moda) y de mala calidad", contó.

Como abrió una tienda, la modista vendió su máquina de coser, un televisor, un refrigerador y todo el dinero recibido lo usó para invertir en ropa, la cual le compró a una persona que la trae de otro país para revenderla.

Las "mulas", como se denomina a los que viajan al extranjero para volver con bolsas repletas de ropa y productos, son los que de manera clandestina meten a la isla las importaciones a vender.

Para abatir dicha situación, las autoridades comenzaron a subir significativamente los impuestos aduaneros.

José Barreiro Alfonso, asesor de la ministra de Trabajo y Seguridad Social, opina que con esta medida "se pondrá orden".

Barreiro recalcó al diario oficial "Granma" que el Código Penal cubano estipula que "incurre en delito quien obtenga mercancías u otros objetos con el propósito de revenderlos para obtener lucro o ganancia".

Apertura comercial a cuentagotas

En la década de 1990 el gobierno autorizó la apertura de restaurantes privados para aliviar el impacto de una severa crisis económica. Luego se fijaron regulaciones que obligaron a cerrar la mayoría de esas instalaciones.

Dichas políticas contribuyen a "crear un ambiente de incertidumbre que no es positivo y un nivel de frustración que no llegará a protestas nacionales", sostuvo Frank Mora, director del Centro de Estudio de Latinoamérica y el Caribe de la Universidad Internacional de Florida.

Según Carmelo Mesa-Lago, un especialista de Cuba, profesor emérito de la Universidad de Pittsburg, el gobierno cubano "no calculó bien, pensó que podía competir" con los vendedores que tienen precio razonable.

Mesa-Lago opina que la nueva medida va a abrirle paso a un "mercado clandestino", pues "las reformas son positivas y (van) en la dirección correcta, pero son insuficientes... tienen muchas trabas".

Frank Rodríguez, de 30 años, era administrador de un hotel de la Unión de Jóvenes Comunistas hasta que hace un par de años hubo una reducción de plantilla. Para ganarse la vida, sacó una licencia de productor vendedor de calzado.

Rodríguez comenta que está viviendo en una "incertidumbre total". "¿Si lo permitieron durante tres años en todo el país, por qué prohibirlo ahora? ¿Cómo y con qué dinero le compraré comida a mi hija?", preguntó.

En la isla es difícil comprar desde una máquina de coser hasta el hilo, por lo que la medida que prohíbe las importaciones afecta incluso a la producción interna de Cuba.

Como señala Rodríguez, para confeccionar zapatos de calidad "no tendría otra opción que adquirirla en el mercado negro; pero entonces no tendría los comprobantes de pago para presentárselos a los inspectores".

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