Acusan al remitente de cartas venenosas de "amenazar con matar a Obama"

Paul Kevin Curtis podría enfrentar una sentencia de 15 años y pagar una multa de 500 mil dólares.

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Miembros de la policía recogen pruebas en la avenida Boylston, en Boston. (EFE)
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EFE
WASHINGTON, DC.- Las autoridades federales de EU acusaron hoy a Paul Kevin Curtis, arrestado el miércoles por enviar cartas venenosas al presidente Barack Obama y a un senador, de amenazar "con matar o ejercer daño físico al presidente de EU"

El Departamento de Justicia informó en un comunicado de los dos cargos impuestos contra Curtis, que le exponen a una pena máxima de 15 años en prisión, 500 mil dólares en multas y tres años de libertad supervisada.

Se espera que Curtis comparezca hoy ante un juez federal del Tribunal del Distrito en Oxford (Misisipi) para la lectura de cargos.

Paul Kevin Curtis es un imitador de Elvis Presley que creía haber descubierto una conspiración para vender partes del cuerpo humano en un mercado negro, según informaron hoy medios locales.

Curtis, de 45 años, fue arrestado por el FBI y la policía local en su casa a las afueras de Tupelo (Misisipi), la ciudad en la que nació Elvis, y las cartas que envió tenían sello de Memphis (Tennessee), la localidad en la que murió el "rey del rock".

Paul Kevin Curtis creía haber descubierto una conspiración para vender partes del cuerpo humano en un mercado negro

El sospechoso de enviar las cartas que aparentemente contenían ricina a Obama y a Roger Wicker, un senador republicano por Misisipi, era un trabajador de la limpieza que solía actuar disfrazado de Elvis a lo largo de la frontera de ese estado con Tennessee, según el diario local Northeast Mississippi Daily Journal.

"Solía decir: 'cuando crezca seré justo como Elvis y le compraré una mansión a mi madre'. Ése era mi objetivo desde los 6 años", dijo Curtis en una entrevista en 1999 con ese diario.

Su familia guardaba docenas de vídeos de sus actuaciones en ceremonias de tributo a Elvis, bodas y otras fiestas.

Casado y con un hijo, Curtis también es conocido por sus comportamientos erráticos y su afán por las teorías conspiratorias, que empezó a divulgar después de haber trabajado en la morgue del hospital local en Tupelo.

"Estoy en la primera línea oculta de una guerra secreta", escribió Curtis la madrugada del miércoles en su página de Facebook, de acuerdo con el diario.

"Una guerra que está generando miles de millones de dólares para organizaciones y gente corrupta y relacionada con la mafia (el mercado negro que cosecha huesos, tejidos, órganos y partes del cuerpo humano)", agregó el sospechoso, que según agentes locales ha enviado más cartas sospechosas a autoridades en los últimos años.

En varios mensajes publicados en Internet, Curtis cierra sus cartas con una frase similar a la que aparece en las cartas enviadas a Obama y Wicker: "Soy KC y apruebo este mensaje" o "soy Kevin Curtis y apruebo este informe".

Las cartas contienen además el texto: "Ver algo incorrecto y no exponerlo es convertirse en un aliado silencioso de su continuación".

Las autoridades estadounidenses siguen analizando las misivas para confirmar que la sustancia granulada que tenían impregnada se trata efectivamente de ricina, una toxina cuyo polvo blanquecino es mortal sólo con inhalarlo, si llega al torrente sanguíneo.

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