Aíslan a Cardenales para el Cónclave

Los cardenales ya se encuentran hospedados en la residencia de Santa Marta.

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Los cardenales asisten a la misa votiva "Pro eligendo Pontifice" previa al comienzo del cónclave en la basílica de San Pedro del Vaticano. (EFE)
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Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- Los 115 cardenales electores del próximo Papa tomaron hoy sus habitaciones en la residencia de Santa Marta, donde permanecerán aislados los días que dure el Cónclave para la elección del pontífice, según Notimex.

Según lo votado por los mismos purpurados días atrás, este martes a las 07:00 horas (06:00 GMT) ingresaron a su residencia temporal, ubicada a unos pasos de la Basílica de San Pedro, en territorio vaticano.

En los próximos días permanecerán allí aislados, sin contacto alguno con la televisión, celular, computadoras, dispositivos móviles, radios o cualquier otro aparato que les posibilite la comunicación con el exterior.

Los cardenales se trasladaron a Santa Marta procedentes de colegios, casas religiosas, centros de estudio y otras moradas en Roma que ocuparon durante el tiempo del llamado "pre-cónclave".

De los tres votantes de México que asistirán a la reunión en la Capilla Sixtina, dos de ellos están alojados en el Pontificio Colegio Mexicano: Juan Sandoval Iñiguez y José Francisco Robles Ortega, arzobispos emérito y titular de Guadalajara.

Mientras el arzobispo de la Ciudad de México, Norberto Rivera Carrera, decidió ubicarse justo frente al Vaticano: en la casa de los religiosos Augustinos, a escasos 20 pasos de la Plaza de San Pedro.

Si un cardenal necesita algo podrá acudir al sustituto de la Secretaría de Estado, uno de los escasos cargos que no cesan cuando muere o renuncia un Papa.

De esta forma, la Iglesia sigue la normas definidas en la Constitución Apostólica "Univerci Dominici Gregis", emanada por Juan Pablo II en 1996.

No obstante, aclaró el Vaticano, los cardenales tendrán la libertad de salir de Santa Marta para meditar y pasear. Se trata de la primera vez que todo el recinto Vaticano se considerará área cónclave.

Durante el cónclave los "príncipes de la Iglesia" se desplazarán de la residencia de Santa Marta a la Capilla Sixtina ya sea a pie o a bordo del pequeño autobús puesto a su disposición.

El cónclave seguirá teniendo como lugar de las votaciones la Capilla Sixtina, dominada por el "Juicio Universal" de Miguel Angel.

La actual casa Santa Marta (Domus Sanctae Marthae) es una confortable pero rústica residencia construida cerca de la Basílica de San Pedro, en el lugar que ocupaba el antiguo hospicio para los peregrinos.

Es un moderno edificio de cinco plantas que en tiempos normales aloja a cardenales y obispos de paso en la Ciudad del Vaticano para visitar al Papa o participar en los actos y reuniones convocados por la Santa Sede.

Las habitaciones fueron asignadas por sorteo, de acuerdo a la norma papal, y ya cada uno de purpurados tenía su habitación asignada. Las recámaras disponen del correspondiente cuarto de baño, de un estudio y de una librería.

Además de los cardenales electores, residirán en Santa Marta, durante el periodo del cónclave, también aquellos que ya tienen una residencia en el Vaticano, pero que según establece la Universi Dominici Gregis, deben formar parte del cónclave.

Ellos son el secretario del Colegio Cardenalicio, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, algunos religiosos de varias lenguas para las confesiones, el personal que se ocupa del comedor y la limpieza, así como dos médicos para eventuales emergencias.

Todos deberán recibir la aprobación previa del Cardenal Camarlengo, Tarcisio Bertone.

La Fundación Santa Marta fue constituida en 1996 con un quirógrafo de Juan Pablo II y tomo el lugar de una institución anterior establecida en 1891 por el Papa León XIII y gestionada por religiosas.

La casa funcionaba como hospicio dentro de las murallas vaticanas para atender a los enfermos de los barrios adyacentes al Estado de la Ciudad del Vaticano, en una época en que el cólera azotaba Roma.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial el hospicio recogió también a refugiados, a judíos y a los embajadores de los países que habían roto sus relaciones diplomáticas con Italia.

 

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