Agencias
EL VATICANO.- El Vaticano informó que 12 agentes de pastoral, entre sacerdotes, monjas y fieles empeñados en trabajos relacionados con la Iglesia, fueron asesinados durante 2012 en el mundo, dos de ellos en México.

Notimex dio a conocer que, de acuerdo con un reporte de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el continente americano resultó la región más peligrosa para los sacerdotes católicos, ya que unos seis de ellos perdieron la vida en esa región durante los últimos 12 meses.

El "Elenco de los operadores pastorales obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos asesinados en el año 2012" estableció que los restantes homicidios se verificaron en África, con cuatro casos, uno en Asia y otro en Medio Oriente.

"La mayor parte (de ellos) encontraron la muerte como consecuencia de intentos de robo: algunos descubrieron a los ladrones en la propia habitación y sus cuerpos fueron encontrados también con signos de ferocidad y de tortura", indicó.

"Otros fueron agredidos en la calle y despojados de lo que llevaban consigo o de su automóvil. No cumplieron gestos clamorosos, no se propusieron a la atención de los medios de comunicación por iniciativas o posiciones espectaculares", agregó.

Brasil y México son los países americanos con mayor número de decesos: dos en cada uno. En Colombia y Guatemala se registraron los otros dos homicidios, uno en cada país.

En África fueron asesinados tres sacerdotes y una religiosa: Los presbíteros encontraron la muerte en Mozambique, Tanzania y Madagascar, mientras la monja en la República Democrática del Congo.

El episodio en Asia se concentró en Filipinas, mientras que el de Medio Oriente en Líbano.

Los casos mexicanos corresponden a Jenaro Aviña García, de 63 años y párroco del templo de la Inmaculada Concepción de Atizapán de Zaragoza, en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, quien fue asesinado en su habitación en las primeras horas de la mañana del 28 de enero de 2012.

Así como Teodoro Mariscal Rivas (45 años), responsable de la iglesia de Santa Cecilia de la diócesis de Culiacán, en el norteño estado de Sinaloa, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado el 20 de septiembre pasado en su casa.