Dallas.- Los aviones de American Airlines volarán con ocupación plena a partir de la semana próxima, sin el menor intento de imponer una distancia sana, a pesar de que en Estados Unidos se están batiendo récords diarios de casos confirmados de coronavirus.

La decisión de American, similar a la de United Airlines, contrasta con la de aerolíneas rivales, que están limitando las reservas de pasajes para dejar espacios entre los pasajeros y minimizar la posibilidad de contagio.

American dijo que seguirá avisando a los pasajeros si el avión va totalmente ocupado y que les permitirá cambiar de vuelo sin costo adicional. También les permitirá cambiar de asiento si hay lugar en el avión, siempre que sea en el mismo sector de la cabina.

American Airlines anunció hoy que a partir del 1 de julio dejará de limitar la cantidad de asientos vendibles por vuelo. Eso significa no más asiento del medio vacío

— QuizViajero (@quiz_viajero) June 26, 2020

Desde abril American había limitado las reservas al 85% de la capacidad del avión, dejando libres la mitad de los asientos en medio de las filas. La aerolínea ocupará todos los asientos que pueda a partir del miércoles próximo.

Delta, Southwest, Alaska y JetBlue dicen que mantienen bloqueados los asientos intermedios o limitan las reservas y algunas prometen continuar así hasta septiembre.

United y American dicen que su enfoque es diferente: la limpieza de los aviones y la obligación de usar mascarilla eliminan la necesidad de bloquear algunos asientos. El CEO de United, Scott Kirby, sostiene que la distancia social es imposible a bordo de un avión, donde la distancia entre los asientos extremos de una fila es menor de dos metros.

Las fotos y videos de los aviones totalmente ocupados de American y United han recibido críticas por no respetar el distanciamiento social.

El número de casos confirmados diarios de COVID-19 en Estados Unidos llegó a 40.000 el viernes, superando el récord del 24 de abril, según el conteo que lleva la Universidad Johns Hopkins.

American tiene su sede en Fort Worth, Texas, donde el gobernador Greg Abbott anuló parcialmente el viernes las medidas que había tomado para reabrir la economía.