Recuperan a la nieta 117 robada en Argentina

Abuelas de Plaza de Mayo anuncian que encontraron a una de menores robadas en la dictadura militar. Ahora es una adulta de 37 años.

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Imagen de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, al recuperar a su nieto nacido como Guido Montoya Carlotto y renombrado como Ignacio Hurban, el año pasado. (lanacion.com.ar)
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Agencias
BUENOS AIRES, Argentina.- Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron hoy que encontraron a la nieta 117 de los cerca de 500 menores que fueron robados por los represores durante la última dictadura militar (1976-1983), en su mayoría luego de nacer en cárceles clandestinas.

Estela de Carlotto, presidenta de la organización que es un ícono internacional en la defensa de los derechos humanos, encabezó este lunes una rueda de prensa en la que contó la historia de la nueva nieta recuperada, que ahora tiene 37 años.

De acuerdo con las investigaciones, la mujer que recién se enteró el sábado pasado de su verdadera identidad nació a principios de 1978 y es hija de Walter Hernán Domínguez y de Gladys Cristina Castro, quienes eran estudiantes universitarios y militaban en organizaciones políticas.

El 9 de diciembre de 1977, un grupo de represores llegó a la casa de la pareja que, en ese momento ya esperaba a su primer hijo, pero se los llevó a ambos y desde entonces están desaparecidos.

La madre del joven, María Domínguez, se dedicó desde entonces a buscar a su hijo, a su nuera y a su nieto, y se convirtió en una de las Abuelas de Plaza de Mayo de la provincia de Mendoza, en donde ocurrieron los hechos.

El sábado, después de 37 años de búsqueda, logró encontrar a su nieta, cuya identidad por ahora se mantiene en reserva debido al shock que enfrentan los nietos recuperados que, de un día para el otro, se enteran de que han vivido engañados.

La última dictadura argentina asumió como un rasgo macabro el robo de bebés nacidos en las cárceles clandestinas a donde habían sido llevadas sus madres, quienes, luego de parir, eran asesinadas.

Los represores se apropiaban de los recién nacidos y los adoptaban ellos mismos o los entregaban de manera ilegal a otras familias, con el propósito de evitar que se convirtieran en revolucionarios o “enemigos del régimen”, como sus padres.

En 1977, varias madres que buscaban a sus hijas secuestradas a pesar de estar embarazadas, comenzaron a luchar por la aparición de ambos, pese al clima de represión y de terror que privaba en la época.

Se bautizaron a sí mismas como Abuelas de Plaza de Mayo, y desde entonces, poco a poco, han logrado rescatar a 117 de esos bebés ya convertidos en hombres y mujeres adultos.

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