EFE
BUENOS AIRES, Argentina.- Habitantes de Buenos Aires, la tierra natal de Jorge Bergoglio, comenzaron este viernes a dar golpes de cincel al cáliz de plata regalarán al Papa, obra del orfebre Juan Carlos Pallarols.

"Calculo que alcanzamos más de siete millones de golpecitos" aseguró a Efe Juan Carlos Pallarols, el artesano orfebre que ya había presentado el primer boceto del cáliz al Sumo Pontífice en marzo pasado en Roma.

Las piezas de plata que luego se unirán para armar el cáliz han sido distribuidas en la Legislatura de la capital argentina y en el taller del artista en el barrio porteño de San Telmo.

En estos dos sitios los habitantes de la capital argentina pueden cincelar el futuro cáliz del exarzobispo de Buenos Aires.

El número de golpes se calcula mediante un sensor electrónico colocado en cada pieza, "que va registrando los suaves martillazos", explicó el orfebre.

Pallarols, descendiente de una familia de artesanos catalanes que trabajaron para los papas León XIII, Pío XI y Pío XII, quiere llevar personalmente el cáliz al Papa Francisco hacia marzo del próximo año y espera viajar con un grupo de artistas que preparan una serie de presentaciones y homenajes al Sumo Pontífice.

"Esto, más que una obra de arte, se trata de una obra de fe", comentó Pallarols.

Las piezas que integrarán el cáliz han pasado ya por una decena de provincias argentinas y distintas ciudades de Canadá, Estados Unidos, Uruguay, Italia y Alemania y en octubre próximo llegarán a España, en un recorrido donde el artista tiene programado visitar, entre otras ciudades, Zaragoza y Barcelona.

Además de varios elementos elaborados en plata por Pallarols, las personas pueden ver también en la sede de la Legislatura porteña el bastón de mando que él mismo hizo para la presidenta argentina, Cristina Fernández, en 2007, en el que, bajo una iniciativa similar, colaboraron cerca de tres millones de argentinos.

El cáliz destinado al papa Francisco está confeccionado a partir de un lingote de plata argentina 925 de 1,320 kilogramos y, según dicta la tradición, primero debe ser bendecido en Roma.