Agencia
CHICAGO.- Aunque parezca parte de una película de terror: tres parejas de desconocidos abandonan un lujoso restaurante ubicado en un rascacielos de Chicago. Una vez dentro del ascensor, la velocidad con que baja se percibe cada vez más anormal. De repente, un frenazo.

De acuerdo a El País, conscientes de que se han quedado atrapados comienzan los gritos, llantos y plegaria. Esa fue la situación vivida el pasado viernes en el otrora edificio John Hancock Center, que con sus 100 pisos ocupa el cuarto lugar en el ránking de los más altos de la ciudad de los vientos.

También te puede interesar: Anuncia Colombia que romperá relaciones con Venezuela

El ascensor se desplomó en caída libre durante 84 pisos. Todos sus ocupantes, que descendieron de la planta 95 a la 11, salieron ilesos del incidente. La causa del fallo mecánico se debió a la rotura de uno de los cables que sustentan el elevador.

Los supervivientes lograron avisar a los servicios de emergencia mediante mensajes de texto. Los bomberos tardaron unas tres horas en liberar al grupo, que había tomado el ascensor tras abandonar el restaurante Signature Room ubicado en la planta 95.

La demora para rescatarlos se debió a que estaban atrapados en un "pozo ciego", lo que significa que no había puertas a través de las cuales los bomberos pudieran ingresar, explicó el jefe del batallón del Departamento de Bomberos de Chicago, Patrick Maloney, a los medios estadounidenses.

"En un principio, pensábamos que íbamos a morir", contó el mexicano Jaime Montemayor, que había acudido de visita a la ciudad junto a esposa. Montemayor describió tras el susto lo que sintió en el interior del cubículo: "Estábamos bajando y sentí que nos caíamos y luego escuché un ruido de clack clack clack", recogió un diario local.

Su esposa, María Castillo, afirmó que el aparato "se movía a una velocidad normal, pero que empezó a descender haciendo ruido, "provocando que se filtrara polvo dentro de la cabina". Otro de los afectados, un joven estadounidense, aseguró que comenzaron a caer "cada vez más y más rápido, sin detenerse".

El aparato no llegó a impactar con el suelo gracias a que se encontraba sustentado por varios cables adicionales que soportaron el exceso de peso. Cerca de las tres de la madrugada los seis afectados fueron liberados y recibidios entre aplausos por sus amigos y familiares.

Las causas del accidente en el que ahora se conoce como edificio 875 North Michigan Avenue todavía se investigan aunque el ascensor averiado pasó una inspección el pasado julio. Además, la inspección visitó el rascacielos en dos ocasiones en los últimos cuatro años, la última en 2017. En la actualidad, más de 20.000 elevadores instalados por toda la ciudad requieren inspecciones anuales.