Asume el poder primera presidenta de Corea del Sur

Park Geun-hye tiene grandes retos: el abismo entre ricos y pobres y la crisis con Norcorea.

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Park Geun-hye, a su llegada a la cena oficial tras su nombramiento como nueva presidenta de Corea del Sur. (Agencias)
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Agencias
SEÚL, Corea del Sur.- Park Geun-hye asumió el lunes el cargo como la primera mujer presidenta de Corea del Sur y regresó a la mansión presidencial donde creció con su padre, el dictador.

Como presidenta, Park se enfrentará a las marcadas divisiones tanto dentro de la sociedad surcoreana como con su rival Corea del Norte, que detonó un proyectil atómico subterráneo hace dos semanas, dio a conocer The Associated Press.

A los surcoreanos les preocupa al creciente abismo entre los pobres y ricos, y Park está bajo presión a fin de que cumpla con su promesa de campaña en que sugería hacer que el país regrese al vigoroso crecimiento económico que tuvo lugar durante el régimen de su padre, el llamado Milagro del río Han.

Park asumió el cargo cuando el reloj marcaba la medianoche y horas después se realizó la
ceremonia de juramentación, a la que asistieron decenas de miles de personas, entre ellas, dignatarios internacionales.

Crisis con Norcorea

 

Park, quien ganó las elecciones en diciembre, también deberá responder a las víctimas de la dictadura de 18 años de su padre, y tratar de resolver la falta de empleo, la creciente brecha entre ricos y pobres y una economía estancada.

Park calificó el lunes la prueba norcoreana, la tercera de Pyongyang desde 2006, de "un desafío a la supervivencia y el futuro del pueblo coreano", y dijo que Pyongyang debe abandonar sus ambiciones nucleares y trabajar por la paz.

"Que nadie se equivoque: la víctima más grande será nada menos que la propia Corea del Norte", dijo Park en su primer discurso como presidenta durante una ceremonia en la que soldados uniformados corearon "lealtad" y los cañones dispararon en señal de saludo.

Pyongyang, Washington, Beijing y Tokio observan a Park para ver si aplica una ambiciosa política de acuerdos destinada a reducir la animosidad que vivió la dividida península en los últimos cinco años, o si en cambio repite la postura dura de su predecesor, el también conservador Li Myung-bak.

La decisión de Park probablemente marque la pauta de un planteamiento diplomático más amplio que tomen Washington y otros gobiernos para romper el estancamiento en los intentos por persuadir a Corea del Norte para que abandone sus ambiciones de armas nucleares.

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