Agencias
ATENAS, Grecia.- Como en la Grecia clásica, Atenas vuelve a ser durante esta semana la capital universal de la filosofía al acoger por primera vez el 23 Congreso Mundial de esta disciplina, que reunirá a sabios y estudiosos de todo el mundo.

Durante siete días, desde hoy y hasta el 10 de agosto, este evento que tiene lugar cada cinco años se celebrará en la principal ciudad de Grecia.

"Para nosotros significa mucho, es la vuelta de la filosofía a su hogar. Porque, como la democracia o los Juegos Olímpicos, la filosofía surgió en la Grecia clásica", afirma una de las organizadoras, que además subraya la importancia de esta cita reflexiva en un periodo de crisis como el que está viviendo el país heleno, publica MILENIO con información de EFE.

Más de tres mil personas se han inscrito en el congreso y, en total, habrá unas dos mil intervenciones divididas en 75 áreas temáticas en las que se tratarán los asuntos más variados: la moral de los negocios, la religión como obstáculo a los derechos humanos, los valores individuales y universales, y la ética y la estética del deporte.

Lo más significativo, subraya el jefe de la Sociedad Filosófica de Grecia y presidente del comité organizador, Konstantinos Vuduris, está incluido en el lema del Congreso -"La filosofía como indagación y modo de vida"- y que se deriva de la pregunta socrática "¿Cómo debe vivir uno?".

"En los últimos siglos, en Occidente se ha tratado la filosofía como una disciplina científica y tenemos que recuperarla como modo de vida. El filósofo tiene que establecer un diálogo con el mundo político y con la sociedad en general", explica Vuduris.

Equilibrio filosófico

"Esto nos invita -prosigue Vuduris- a explorar los diversos modos de vida de los pueblos de la Tierra y a adoptar una posición responsable que encuentre un equilibrio entre el distanciamiento de la indagación filosófica y el compromiso de la filosofía con los problemas que surgen y surgirán a partir de las fuerzas económicas y sociales que cambian la forma de nuestra sociedad global".

Para ello considera muy valioso la experiencia que aportarán las delegaciones asiáticas, citando por ejemplo, que China contará con 300 representantes cuando hasta ahora sólo acudían a los Congresos Mundiales de Filosofía una treintena como máximo.

Especial expectación despiertan las intervenciones del filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas que disertará sobre el "cosmopolitismo" el martes día 6 en una sesión especial.

También el experto en semiótica y afamado novelista italiano Umberto Eco será un foco de atención el miércoles día 7 con una clase magistral sobre el filósofo medieval sefardí y cordobés Maimónides.

Otro de los platos fuertes del Congreso serán las sesiones especiales, en lugares de un simbolismo tal que ninguna de las sedes anteriores de estos eventos probablemente pueda igualar.

Sesiones especiales

La primera es la Academia de Platón, fundada por el filósofo del "mundo de las ideas" en el 387 a.C., que en sus tiempos bien podía haber sido el precedente de las actuales "universidades de campus", pues estaba situada en un idílico paraje cubierto de árboles regados por el arroyo Cefiso, a un kilómetro y medio de la antigua Atenas.

La Academia permaneció abierta durante más de nueve siglos, hasta que el emperador Justiniano, con su edicto de 529, ordenó la clausura de todas las escuelas filosóficas que quedaban en su ya cristiano territorio, y los platónicos hubieron de marcharse a Persia, bajo la protección del emperador Cosroes.

Hoy situada en un parque de un barrio obrero venido a menos y lejos de los circuitos turísticos, la Academia volverá a ver florecer los debates filosóficos en el año en que, curiosamente, se cumple el 2,400 aniversario de su fundación.

Otro acto importante relacionado con Platón tendrá lugar entre los imponentes restos del templo de Zeus Olímpico y el reconstruido estadio Panathinaiko, donde el maestro de filósofos sitúa los diálogos de su Fedro, una de sus obras más importantes junto con "La República".

Cargada de simbolismo será también la sesión programada en lo que fuera el antiguo Liceo de Aristóteles, una institución que combinaba la formación del intelecto al mismo tiempo que la física y la disciplina militar y que, como la Academia, corrió la suerte de otras escuelas filosóficas y fue cerrada por Justiniano.

Finalmente, la colina de Pnyx, frente a la Acrópolis, será un marco único para debatir sobre filosofía y política, pues ahí se reunía, en tiempos, la asamblea de ciudadanos, la cuna misma de la democracia.