Viernes negro en la Ciudad Luz

En un acto de venganza por Siria, el grupo yihadista se adjudicó la autoría de los atentados que dejaron decenas de muertos en la capital francesa.

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Hasta las primeras horas del sábado, la cifra de muertos por la serie de atentados en Francia ascendía a 120. (AP)
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Agencias
PARÍS, Francia.- En enero de 2015, la 'Ciudad Luz' se vio envuelta en penumbras tras el atentado a la revista satírica Charlie Hebdo. Ahí murieron 12 personas, entre ellas destacados caricaturistas que con sus obras -que se mofaban del profeta Mahoma- causaron la furia del mundo árabe.

A diez meses de los sangrientos hechos, la capital gala se vuelve a sacudir por ataques que, según informes preliminares, también son obra de yihadistas, quienes cumplieron la promesa que en algún momento hicieron los líderes del Estado Islámico: derramar más sangre de los infieles franceses.

El EI ha reivindicado la autoría de los ataques afirmado que se trata de un "acto de venganza por Siria" y el 11 de septiembre de Francia", ha informado la televisión Sky Tg24.

"Es una venganza por Siria. Es el 11 de septiembre de Francia", cita la cadena un comunicado del EI.

La serie de ataques perpetrados la noche del viernes en diversos puntos de París causaron la muerte de hasta 120 personas, en la ofensiva más letal que ha sufrido Francia desde la Segunda Guerra Mundial.

La peor matanza ocurrió en una sala de conciertos donde habría de presentarse una banda de rock estadounidense. Decenas de jóvenes asistentes fueron tomados como rehenes y los atacantes les arrojaron explosivos. La policía, que tomó por asalto el lugar y mató a tres de los agresores, encontró una sangrienta escena de horror en el recinto.

El fiscal de París, Francois Molins, dijo que se presume que cinco atacantes han sido muertos, aunque no quedaba claro cuántos actuaron ni cuántos estaban prófugos. Las autoridades dijeron que la cifra de muertos en seis lugares atacados podría superar los 120.

El presidente de Francia Francois Hollande declaró estado de excepción y anunció que cerraría las fronteras. La violencia llenó de miedo la ciudad y superó los horrores de la matanza en Charlie Ebdo.

Además de los fallecidos en la sala de conciertos, un oficial de policía dijo que 11 personas murieron en un restaurante de París situado en el 10mo distrito, y otros dijeron que al menos tres personas murieron por detonaciones de explosivos afuera de un estadio.

Todos los oficiales hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a ser identificados públicamente debido a la investigación en curso.

Nadie se adjudicó de inmediato la responsabilidad de los ataques, y no había un panorama claro sobre cuántos atacantes estuvieron involucrados ni sobre si alguno estaba prófugo. Yihadíes elogiaron en Twitter los ataques y criticaron las operaciones militares de Francia contra extremistas del grupo Estado Islámico.

Hollande, quien fue evacuado del estadio cuando se oyeron las detonaciones, dijo en un mensaje televisado que la nación se mantendría firme y unida.

"Es una dura experiencia que nuevamente nos aqueja", dijo. "Sabemos de dónde viene, quiénes son estos criminales, quiénes son estos terroristas".

Por su parte, el presidente de Estados Unidos Barack Obama dijo en Washington que los hechos representan un "ataque contra toda la humanidad".

Horas antes, se escucharon dos explosiones afuera del estadio Stade de France, en el norte de París, durante un partido amistoso de futbol entre Francia y Alemania. Un oficial del sindicato de policías dijo que fueron dos ataques suicidas y la detonación de un artefacto explosivo, y que causaron la muerte de al menos tres personas.

El oficial, Gregory Goupil, de la Alliance Police Nationale, dijo que las explosiones se registraron de manera simultánea cerca de dos puntos de acceso y en un restaurante McDonalds.

Un reportero de The Associated Press en el estadio escuchó dos explosiones lo suficientemente fuertes para opacar el ruido de los aficionados. Se escucharon sirenas inmediatamente después, y un helicóptero sobrevoló el lugar.

Francia ha elevado sus medidas de seguridad de cara a la conferencia sobre cambio climático que comienza en dos semanas, por temor a protestas violentas y a posibles ataques terroristas. Hollande canceló su viaje a la cumbre del G-20 a realizarse el fin de semana en Turquía, y cuyo tema principal sería el terrorismo por parte de extremistas islámicos.

Emilio Macchio, de Ravenna, Italia, estaba en el restaurante Carillon que fue atacado, tomando una cerveza en la acerca, cuando comenzó el tiroteo. Dijo que no vio a ningún agresor ni a víctimas, pero se escondió tras una esquina y después huyó.

"Sonaba como fuegos artificiales", dijo.

Francia ha estado en vilo desde los ataques perpetrados por extremistas islámicos en enero contra el semanario satírico Charlie Hebdo y contra un expendio de comida kosher en los que murieron 20 personas, incluidos tres atacantes.

Uno de al menos dos restaurantes atacados el viernes, Le Carillon, está en el mismo barrio general que las oficinas de Charlie Hebdo, al igual que la sala de conciertos Bataclan, donde habría de presentarse la banda californiana Eagles of Death Metal.

Francia ha experimentado varios ataques de menor escala o intentos de ataque este año, incluido un incidente en agosto a bordo de un tren bala en el que pasajeros estadounidenses sometieron a un hombre armado que trató de atacar a los pasajeros.

El ejército francés bombardea objetivos del grupo Estado Islámico en Siria e Irak, además de combatir a extremistas en África.

Las autoridades francesas están preocupadas por la amenaza que representan cientos de franceses islamistas radicales que han viajado a Siria y regresado a su patria con habilidades para cometer actos violentos.

Francia 'fuerte y grande'

Horas después de la violencia, el presidente Francois Hollande aseveró que Francia encabezará un “combate sin piedad” contra los terroristas responsables de la ola de atentados de la noche del viernes en París.

“Porque cuando los terroristas son capaces de hacer tales atrocidades deben estar seguros que habrá frente a ellos una Francia determinada, una Francia unidad y una Francia que no se dejará impresionar”, declaró Hollande a la prensa.

Hollande señaló que Francia debía “ser fuerte y grande” y “demostrar sangre fría” en estas circunstancias.

Destacó que el gobierno francés movilizó a “todas las fuerzas posibles para neutralizar a los terroristas y dar seguridad a los barrios” de esta capital, sobre todo en la región parisina.

También apuntó que refuerzos militares llegaron a París “para que ningún otro ataque pueda tener lugar”. En concreto mil 500 efectivos castrenses serán desplegados desde este sábado.

Por otra parte, el presidente francés canceló su participación en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20), prevista para este fin de semana en Turquía.

(Con información de The Associated Press y Notimex)

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