Agencias
PARIS, Francia.- Mientras la basura se amontona en las calles de París debido a una huelga de recolectores de residuos, los trabajadores ocuparon el jueves un edificio municipal, frustrados por el recorte de gastos en la economía nacional.

Los turistas y los parisinos sorteaban las pilas de desperdicios en el cuarto día de huelga. La municipalidad dijo que la mitad de los distritos parisinos se vieron afectados y precisó que el 45 por ciento de los cuatro mil 900 recolectores de basura están en huelga.

Los sindicatos, cuyos trabajadores ocuparon plantas incineradoras de residuos en la región de París a principios de semana, sostienen que los salarios no están a la par del costo de vida y que muy pocos trabajadores del sector son elegibles para promociones. La municipalidad negocia con los huelguistas pero advierte que podrían pasar semanas antes de concretar una solución.

Por lo menos 200 recolectores de basura, trabajadores del sistema cloacal y choferes irrumpieron el jueves en la sede municipal. Desplegaron banderas sindicales y la enseña nacional desde el balcón del edificio, rompieron folletos municipales y los arrojaron a la calle a modo de papel picado.

El secretario general del sindicato de recolectores de basura, Regis Vieceli, arengó a la multitud por medio de un altavoz mientras los activistas gritaban "¡Unidos, todos unidos!".

"No estamos pidiendo la Luna. Una promoción significa 70 euros (79 dólares) más por mes", dijo Vieceli, quien reveló que gana mil 700 euros (mil 920 dólares) mensuales antes de impuestos después de 21 años en la actividad.

Los trabajadores de otros sectores se proponían protestar más tarde el jueves en París, incluso trabajadores de Air France, que esta semana protagonizaron protestas violentas por la eliminación de empleos.

Las imágenes que recorrieron el mundo y que mostraron a los activistas desgarrando la ropa de ejecutivos de la aerolínea avergonzaron al gobierno socialista francés.

La economía francesa ha venido penando durante años y el desempleo ronda el 10 por ciento. El gobierno está reduciendo gradualmente los gastos públicos para bajar el déficit.