Bendice el Papa a miles de niños Dios

La ceremonia anual se realizó tras el rezo dominical con el Angelus, ante más de 50 mil personas.

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Una menor acaricia una pequeña estatuilla del Niño Dios, durante la ceremonia de bendiciones del Papa Francisco en el Vaticano. (Agencias)
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Agencias
EL VATICANO.- El Papa Francisco cumplió este domingo la tradicional bendición de miles de "niños Dios" que pequeños de toda Roma llevaron a la Plaza de San Pedro antes de colocarlos en sus respectivos nacimientos.

Tras el rezo dominical con el Angelus, ante más de 50 mil personas que abarrotaron la plaza vaticana no obstante el frío y la lluvia, bendijo las estatuillas que los infantes dirigieron hacia la ventana donde se asomó el pontífice en el Palacio Apostólico del Vaticano.

"Hoy el primer saludo reservado a los niños de Roma, venidos por la tradicional bendición de los 'niños Dios' organizada por el Centro de Oratorios Romanos. ¿Dónde están los niños? Bravo", dijo.

"Queridos niños, cuando los coloquen frente a vuestro pesebre, acuérdense también de mí, como yo me acuerdo de ustedes. Les agradezco, ¡Feliz Navidad!", agregó ante la multitud cubierta por numerosos paraguas de múltiples colores.

De hecho Jorge Mario Bergoglio se mostró solidario con los fieles y lamentó que estuviesen bajo la lluvia, pero apuntó: "Yo estoy con ustedes. Son valientes eh, gracias".

Reflexión

Durante su reflexión recordó que este domingo, el tercero del Adviento, la liturgia invita a alegrarse porque está cerca el nacimiento de Jesús y por ello la Iglesia llama a todos sus fieles a proseguir con confianza el itinerario espiritual para poder celebrar con renovada alegría la fiesta de la Navidad.

Recordó que el mensaje cristiano se llama "evangelio", "buena noticia", un anuncio de gozo para todo el pueblo y por eso "la Iglesia no es un refugio para gente triste" sino "la casa de la alegría".

Sostuvo que la venida de Jesús en medio de los hombres fortalece, dona coraje, hace exultar y florecer el desierto y la estepa.

"Por cuanto sean grandes nuestras limitaciones y nuestras desorientaciones, no nos está consentido ser vacilantes ante las dificultades y nuestras debilidades. Al contrario, estamos invitados a reforzar las manos, poner firmes las rodillas, a tener valentía y no temer, porque nuestro Dios muestra siempre la grandeza de su misericordia", indicó.

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