Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco comentó hoy, en la audiencia general en la plaza San Pedro, el milagro de las Bodas de Caná que, según explicó, no sólo es el relato del primer milagro de Jesús en su vida pública, sino la señal del "comienzo del tiempo pascual, de la nueva alianza con que Jesús liga a sus discípulos en una alianza definitiva".

Así "los discípulos se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia: a esas bodas todos estamos invitados porque el vino nuevo ya no falta más" agregó Francisco, ante unas 20 mil personas, según informa la agencia Ansa Latina.

En la catequesis también analizó el papel de la Virgen y su intercesión para inducir a Cristo a transformar el agua en vino, indicó que estas son sus últimas palabras públicas citadas por el Evangelio, y subrayó el cambio de la "ley de Moisés en Evangelio portador de alegría".

"Imaginen ustedes -comentó Francisco- terminar una boda bebiendo té, sería una vergüenza, el vino es necesario para la fiesta". Transformar "en vino el agua de las ánforas que hacía falta para la purificación ritual es señal elocuente que transforma la ley de Moisés en Evangelio portador de alegría".

Las palabras de María -agregó- coronan este "cuadro esponsal": "Cualquier cosa que les diga, háganla". "Es curioso -dijo el Papa- son sus últimas palabras reportadas por el Evangelio, son su herencia que entrega a todos nosotros, y también hoy la Virgen a todos nosotros nos dice 'cualquier cosa que Jesús diga háganla', es la herencia que nos dejó".

"La recomendación simple de la madre de Jesús es el programa de vida del cristiano, para cada uno de nosotros alcanzar el ánfora equivale a alcanzar la palabra de Dios, confiarse para experimentar su eficacia en la vida".

"¿Qué hay como cimiento de nuestra fe?", había preguntado Francisco en uno de los primeros pasajes de su catequesis: "Un acto de misericordia con el que Jesús nos ligó a sí, y la vida cristiana es la respuesta a este amor, es como la historia de dos enamorados, Dios y el hombre, que se buscan, se encuentran, se celebran y se aman, precisamente como el amado y la amada del Cántico de los Cánticos".

Antes de comenzar la catequesis, Francisco saludó a un grupo de parejas que celebran sus 50 años de matrimonio. "Ese sí que es el vino bueno de la familia", comentó, aludiendo a las Bodas de Caná que comentó hoy en la audiencia.