Un pueblo ordena ley seca para proteger a sus mujeres

Ante la falta de agentes, los pobladores decidieron realizar recorridos de vigilancia para hacer cumplir la ley seca impuesta en la entidad.

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Un hombre sostiene bengalas como aviso a los vecinos de que la patrulla ciudadana recorre las calles en La Asunta, al nordeste de La Paz, Bolivia. (Agencias)
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Agencias
LA ASUNTA, Bolivia.- Decenas de habitantes de un pueblo cocalero boliviano recorren las calles a medianoche para hacer cumplir una ley seca que han impuesto para evitar violaciones y otros delitos.

Los vecinos van a bares y discotecas para asegurarse que estén cerrados y no se venda alcohol en el pueblo La Asunta, unos 100 kilómetros al norte de La Paz, que tiene sólo tiene siete policías para dar seguridad al lugar.

"Esto ya nos ha rebasado, la policía no puede con todo, así que hemos decidido tomar medidas nosotros mismos y hemos llamado a que se cumpla 30 días de ley seca", dijo a The Associated Press Jorge Mendoza, presidente vecinal.


Un hombre observa una calle casi vacía donde se cerró una sala de baile y no se vende ya cerveza, en La Asunta.

En los últimos días las niñas de La Asunta, con más de siete mil pobladores y casas precarias, han sido blanco de los violadores. Pero el caso que colmó a los habitantes del pueblo ocurrió el sábado, cuando fue violada una niña de 11 años. El delincuente no ha sido detenido.

En los primeros días de control vecinal fue capturado un joven de 22 años que presuntamente violó a otra menor de 12 años, que avisó a sus padres e identificó al hombre.

Los vecinos fueron hasta su casa, lo sacaron y le pusieron un letrero que decía "Yo soy el violador" mientras lo obligaban a caminar por las calles y recibía golpes de muchos padres de familia. Luego lo entregaron a la policía junto a un amigo y presunto cómplice.


Un joves es obligado a llevar un cartel que reconoce su delito y a recorrer el poblado de La Asunta.

"Ya era hora de que la gente tome conciencia sobre todo esto", dijo Flora Nati, madre de dos hijos que aseguró que tiene miedo por ellos y por eso se sumó a las rondas de vigilancia.

La semana pasada en la localidad de Llallagua, a unos 120 kilómetros al sur de La Paz, la violación y asesinato de una menor de 12 años causó indignación. Después de hallar el cuerpo de la niña una turba indignada apedreó las oficinas de la policía por la falta de resultados en la investigación.

La Defensoría del Pueblo reportó en 2013 que cada día 16 niñas o niños sufren vejámenes sexuales y que sólo en cinco casos estas agresiones se denuncian.

Según estos últimos datos disponibles, mientras en el mundo 20 por ciento de las niñas sufre agresiones sexuales en Bolivia el promedio llega a 34 por ciento.

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